¿Por qué Se Escribe?
Desde hace muchos tiempos he escuchado, leido u observado las respuestas que dan diferentes escritores profesionales y famosos a esta pregunta. Algunos dicen que escriben porque escribir es su vocación y una manera de vivir, mientras que muchos otros dicen que lo hacen porque escribir les permite dejar volar su imaginación y con ella pueden ordenar y cambiar el mundo, o porque disfrutan haciendolo, etc.

Sin embargo, a lo que a mi se refiere, y como escritor novel que soy, la escritura nunca ha significado ningunas de esas cosas, ya que para mi, escribir ha sido siempre una tarea muy dificil y angustiosan, no solo por la rigorosa disciplina y el gran esfuerzo físico y mental que require el acto solitario y muchas veces agobiante de sentarme a escribir horas tras horas por largos periodos de tiempo, sino porque cuando escribo, las ideas, las palabras, las imagenes y los conceptos sobre lo que pretendo escribir, nunca fluyen de manera clara, natural, precisa o lineal en mi mente, sino que aparecen enredadas, mezcladas y confusas, lo que hace que tenga que pasar siempre por un proceso largo, tedioso y angustiodo de elaboración, organización y selección, tratando de buscar y encontrar las palabras que yo considero deben ser las adecuadas para exponer e ilustrar las ideas sobre lo que estoy escribiendo, lo que también genera y produce siempre en mi, mucha tensión, ansiedad e inseguridad, emociones y sentimientos que solo desaparecen cuando aparece el escrito o producto final de ese gran esfuerzo y proceso.

De manera que yo solo escribo por necesidad y por obligación, y no por placer, vocación, o gozo, y solo recurro y uso la escritura como un medio y forma de terapia o exorcismo para de alguna manera poder despojarme y liberarme de algunas cosas o temas que he leído, escuchado, observado, sentido o imaginado que me impactan y procupan, y que una vez entran en mi mente y en mi corazón, se quedan ahí gravitando y se convierten en cargas muy pesadas, las cuales tengo que sacar de mis interioridades para que la carga en mi vida sea más liviana, y así poder conseguir cierta paz y tranquilidad interior. Y un ejemplo claro de todo esto que digo, es este mismo texto que acabo de escribir, el cual, aunque muy corto, también me costó mucho trabajo y esfuerzo para poder escribirlo y terminarlo.