fluye en tus poemas sinceridad y deseos del bienestar social. Así como tenemos libertad de expresión, también tenemos libertad de pensamiento, que se guarda en el archivo de nuestra privacidad. No todo lo que se piensa es bueno, es normal pensar en cosas que jamás seexteriorizan, aunque si se quisiera exteriorizar, pero a nadie conviene y no es pecado, ni es malo, mientras nos podamos controlar y portarnos bien.
Felicitaciones poeta raymundo.
Cordial saludo
Lucy

En hermosos versos colocas en la palestra un "temazo" digno de dicutir.
En el interior de nuestro ser coexisten infinitos sentimientos legítimos que componen el inmenso espectro de opciones que la vida posee y es el criterio de cada cual el que los elije para continuar la convivencia social mejor adecuada; sin embargo, el permitirles circular en nuestra intimidad no tiene que ser traición, pecado, engaño o error, porque pensar no es nada de eso.
Muchas son las fantasías que atraviesan por la mente viva ¿Por qué solo algunas las permitimos en nuestra mente y otras no?
Un abrazo, amigo.
María José.

La incoherencia entre el corazón y la razón.
Un abrazo Poeta.

Estimado Raymundo, éste es un texto controversial. No voy a personalizar en este comentario. Me referiré de manera generalizada a lo que dice el personaje que habla en tu poema. En mi pobre entender la fidelidad es un atributo humano que pesa llevarlo a cuestas. Existen diferentes facetas de la fidelidad, podemos hablar de fidelidad a los amigos, a la patria y desde luego fidelidad a la esposa y por ende a la familia. Fidelidad, al menos es lo que creo, constituye un todo, debe ser de pensamiento y obra, de ahí lo pesado de la carga. ¿Cuántos hombres y mujeres son infieles a sus parejas maritales con el pensamiento robusto de deseo insano por otro hombre o mujer distinto de su pareja? ¡Infieles hipócritas! “Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer con mal deseo, ha cometido con ella adulterio en su corazón. Mateo, cinco, veintiocho”. Tu mensaje-consejo, como suelen ser tus textos es de agradecerse por lo bien intencionado. Los que quieran oír que escuchen. Los que puedan aplicarse pues que se apliquen. No es mi intención pontificar en este sitio, solo es un comentario a tu propuesta literaria. Estoy cierto que sabrás disculpar mi osadía si es que alguna forma he manchado tu texto. Afectuoso saludo.