17 de Julio de 1998.
 
“Este fue el día donde el amor de mi vida se desvaneció de mi lado, el momento donde el brillo de sus ojos se extinguió, el resplandor de su sonrisa desapareció, la calidez que me brindaban sus caricias se acabó, unas horas antes cantábamos la canción que le escribí en nuestro primer aniversario sin preocuparnos de nada, solo sentir la presencia del otro nos bastaba, justo este día fue que tuve la necesidad de comprarle el más grande arreglo de tulipanes de la ciudad, conseguí el más hermoso que jamás se había hecho, le lleve su café favorito y unas donas recién hechas por la cocinera de la cafetería donde pasamos nuestra primera y última cita, al llegar la encontré durmiendo así que la desperté con besos delicados, su tierna mirada encantó cada pensamiento que tuviera en ese momento, fue cuando busqué la carta donde tenía la letra de la canción que escribí pensando en ella a mis dieciocho años, se puso tan feliz cuando empecé a cantarla mientras la abrazaba, se unió a mí expresando la emoción en su voz, no quise soltarla en ese instante, nunca quise soltarla, desayunamos mientras nos mecemos en el columpio de madera que nos brindaba la hermosa vista del imponente lago, los pájaros volaban sobre nosotros, las aves que habitaban en los árboles nos envolvían con su canto, todo era perfecto, no faltaba nada, con solo tenerla a mi lado me sentía tan feliz, pero todo eso terminó en el momento que decidió irse a la eterna oscuridad o al gran paraíso que el sacerdote nos prometió durante todos estos años cada domingo, cada pedazo de mi alma cae lentamente, arrodillado pienso en todos los momentos que pase con mi amor eterno, desde el momento en que la vi cruzando la calle con su lindo vestido rojizo, hasta el momento donde se encontraba a mi lado con su pijama de estampado de rosas, el olor a café en la habitación oculta su dulce aroma que siempre desprendía, no quiero llorar, no quiero derramar ni siquiera una sola lagrima, a ella nunca le gusto verme llorar, pero ¿Por qué tenías que dejarme de esta forma? Ni siquiera pude darte un beso de despedida, no me diste la oportunidad de poder decirte mi último te amo, solo te fuiste de un momento a otro, cada caricia, cada cena juntos, cada sueño que compartimos, todas las cosas que hicimos juntos, se desvanecen junto a ti, mi amada se ha ido dejándome solo, postrada en nuestra cama como una dulce princesa durmiente, la luz del sol iluminando tu rostro sin vida, el silencio que han dejado las aves al terminar su canto, una fuerte oscuridad ha llegado a mi vida con tu partida, con anhelo espero que en tus últimos momentos me recuerdes con felicidad, pienses en mí con un gran amor, porque esperaré el día donde podamos encontrarnos de nuevo mi amor”
 
Autora: Briana Farrera.