VAGABUNDO

Por las playas de mi puerto sigo errante entre olores a pez vivo y amores muertos. Busco entre la arena el rescoldo de tu mirada sin que el abejeo de tu recuerdo deje de atormentarme al sur mortificado de mí cuerpo. ¿Y qué encuentro? ¡Nada!, en medio del rumor de las caracolas repitiendo en su eco lo cantarina de tu risa tan amada.

Desando mi vagar con presurosa calma, después de todo el alma se ha forjado en el atanor de la espera, en el inaudible lamento del desamparo convertido en grito sofocado pues estoy y seguiré a la deriva sin la luz cálida de tu mirada que era mi deslumbrante faro.

Desde que te fuiste con la marea alta de lo más profundo de la noche sigo buscándote, te pienso y te lloro… ¿Qué más puedo hacer? ¡Todo, menos acostumbrarme a tu ausencia! Imploro al cielo y al infierno y sigo vagabundo por las playas de mi bello puerto… entre los olores a pez vivo y amores muertos.