Androider 1100
Publicado en Jul 24, 2020
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Androider 1100
Neptuno, 13 de junio del 2120, base de extracción Urbain.
Un mensaje interrumpe la tranquilidad del amanecer, los audífonos de los extractores se activan al unísono:
“Todas las razas humanoides que se encuentren en servicio deberán presentarse a lo oficina de acople a las doce horas, allí recibirán nuevo equipamiento e instrucciones”
—Es la quinta vez en lo que va de semana…
—Sí…
— ¿Por qué crees que los nuevos directivos estén tan empeñados en reformar todo el plantel, Vidso?
—Ya sabes cómo son los políticos, Dasshan, necesitan mover el dinero. Solo fingen estar haciendo algo importante por la empresa para poder sacar su parte.
—Pensé que la gran computadora que sustenta los HCoins no admitía códigos que permitan la malversación de fondos.
—Yo no me confiaría mucho de las bases de datos administradas por los Alikianos, esas largartijas suelen ser demasiado tramposas…
—Han perdido el respeto por todo el gremio de extractores de Helio I.
—Todo comenzó a marchar mal desde que instalaron los compensadores de volumen —intervino Laf, un joven marciano gris —, el trabajo del extractor común se ha visto obstaculizado por muchas hostilidades, con decir que el otro día casi soy arrollado por uno de esos bodrios, ¡Por el amor de Bakunul!, ¡Si para los nuevos inversionistas la vida de un gris vale menos que un trozo de excremento en el vacío!
—No seas tan duro con los de tu especie —dijo Vidso—, ya verás que el sindicato logrará mejores avances. Solo es cuestión de tiempo.
—Eso es justo lo que no nos queda, queridos amigos —refunfuñó Dasshan—, no se extrañen si, en menos de lo que una nave rompe la velocidad del sonido, somos reemplazados por los nuevos Androides de los Alikianos.
—Bueno, enlistarse en la flota de piratas espaciales no suena tan mal. He oído que con los GCoins puedes adquirir grandes beneficios en muchos sistemas planetarios.
—¡Oh, por el amor de Bakunul, no puedes estar hablando en serio! —vociferó Laf.
—Déjalo —respondió Dasshan—, es obvio que el chico solo está bromeando, ¿verdad?
—Sí. Solo bromeo —dijo Vidso, mientras empezaba revisar los hologramas que salían de la pulsera en su muñeca. Salvo por un par de memorandos y mensajes de promociones, nadie más le había escrito.
“Quizás el tráfico de la red se vio afectado por el colapso de algún satélite, las tormentas solares han sido bastante fuertes. En algún momento mi familia hará contacto.” Pensó, y son no pudo evitar ponerse triste porque en verdad era muy joven y la vida en la base extracción Urbain era lo único que realmente conocía. Algún vestigio de su corta temporada en la tierra quedaba todavía en su subconsciente, pero, mientras se obstinara en no someterse a las terapias de regresión por hipnosis, jamás podría acceder a ellos.
—¿Te encuentras bien, chico? —Preguntó Laf, extendiéndole una barra nutricional.
—Sí, ¿Por qué lo preguntas?
—Descuida, ni te molestes en disimular —agachó su pequeña y calva cabeza—, entiendo perfectamente cómo te sientes. Estos dulces son el único recuerdo de mi planeta de origen…
Vidso no supo qué decir. Puso su mano sobre el hombro de su colega y lo miró a los ojos, tan profundos y oscuros como un agujero negro. Se limitó a sonreírle con cierta complicidad y retiró su mano, porque bien sabía que los marcianos grises no eran muy afines con el contacto físico.
Salieron del camarote a las once horas, tendrían que desplazarse hasta la oficina de acople a bordo de los trenes especiales para trabajadores. A pesar de que la orden era llegar allí para recibir nuevo equipamiento, todos estaban usando sus armaduras de trabajo: un elegante compuesto de metal flexible que se adaptaba al cuerpo de su usuario, resistente a toda clase de temperaturas y con la capacidad mantenerse estable, incluso estando expuesto a la presión de varías atmosferas terrestres y a los químicos tóxicos que pululaban en el aire siempre tormentoso de Neptuno.
Durante todo el viaje permanecieron en silencio. No se oía  ese acostumbrado rumorcillo de conversación entre los extractores neófitos, “todavía hay quienes prefieren las charlas convencionales”, solía decir Dasshan, haciendo gala de su optimismo, pero en seguida, como si de una rutina cómica previamente pactada se tratase, Laf lo mandaba a callar en mal tono: “Haz el favor de cerrar el casco de tu traje, recuerda que pueden quedar residuos tóxicos en el aire de este vagón”; la luces de los truenos en la distancia alumbraba el piso y le concedía cierto dramatismo a un viaje que de por sí, ya resultaba bastantea agobiante, ¿a qué se referían los directivos con eso de nuevas instrucciones?, ¿acaso serían trasladados a otro planeta?, y si fuera así ¿a cuál?
Vidso, Vidso, ¿estás en línea?
Claro, Dasshan, ¿Por qué me hablas usando el transmisor psíquico si solo estamos a un par de pasos de distancia?, creía que preferías las charlas más orgánicas…
Ahora no es buen momento para tus chistes, Vidso —protestó Dasshan, mientras su voz comenzaba a temblar—, verás, hay un rumor que está cobrando mucha fuerza en la red desde esta mañana.
No he estado muy al pendiente.
Los directivos planean convertir a todos sus trabajadores humanoides en cyborgs.
Imposible, eso va en contra del protocolo interplanetario para trabajadores humanoides.
¡A los Alekianos no les importan los malditos protocolos, Visod, abre los ojos!
¿Con qué equipamiento planean modificarnos entonces?
Quieren usar el paquete Androider 1100.
¡Bestias, insensatos!... ¡Lo que quieren es someter nuestra voluntad, convertirnos en sus esclavos!
El tren llegó a su destino. Toda la estación permanecía en silencio y habían muchos más androides guardias armados que de costumbre. Todo parecía indicar que todos ya estaban enterados de los rumores que corrían en la red. Vidso miró a sus amigos más cercanos, en ese instante, supo, que de ser necesario, ellos también participarían en el motín, por algo se habían puesto sus armaduras de trabajo.
Los primeros disparos provinieron del interior.
 
 
 
 
 
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Foto del autor Cristian Felipe Leyva Meneses
Textos Publicados: 1
Miembro desde: Jul 24, 2020
2 Comentarios 150 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Relatos cortos de ciencia ficcin.

Palabras Clave: ciencia ficcin cuentos sobre el espacio

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Creditos: Cristian Felipe Leyva Meneses

Derechos de Autor: todos los derechos reservados


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Magnolia Stella Correa Martinez

Qué entretenido este relato. Felicitaciones Cristian por tu narrativa.

Saludos desde mi amda Colombia.
Responder
July 26, 2020
 

kalutavon

Una saga de ciencia ficción, bienvenida, un género tan importante como desatendido en estos sitios dizque literarios. Estaré pendiente de las siguientes entregas para comentarte, en la medida de mis escasos conocimientos literarios, pues ahora solo recuerdo algo de Asimov y de Huxley. Grata lectura.
Responder
July 24, 2020
 

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