Amor en el olvido 2
Publicado en Jun 04, 2020
Prev
Next
Amor en el olvido
Terminando de ordenar las pertenencias que dejó mi abuela, encontré su segundo diario, me estremeció mucho leer sus palabras, pero me sentí tan unida a ella al conocer su secreto. 
Me sentí comprendida por el amor que también vivío en silencio. Será posible que se repitan las historias en distintas generaciones.
Quiero compartir como terminó su historia de amor en el olvido. Estás fueron sus últimas letras...
Después de esa última vez en que lo vi, en aquel restaurante... Mi vida no volvió hacer igual. No lograba sacarlo de mi cabeza, hubiese preferido que siguiera en el olvido de mi memoria, aún cuando ese amor vivía latente en mi corazón.
Qué haré con todo esto que sé, con esto que siento?. No logro recordar todo, si mi esposo lo supo o aún lo sabe.
Esta mañana me preguntó, porqué estás inquieta? Te veo distinta. Creí que volver al trabajo te haría bien.
Te dijeron algo negativo sobre el informe que entregaste?
Quieres contarme algo?
Lo miré y le dije ya recordé algunas cosas, me encontré con Enrique Díaz en ese ministerio.
Su mirada me lo dijo todo, sabía lo que había vivido con él... 
No me atrevía a preguntarle directamente. 
Él me miró fijo y me preguntó qué pasará ahora que ya lo sabes?
Le respondí temblorosa con otra pregunta, porqué no me dices tú lo que debí saber sobre él.
Qué quieres que te diga, que vivistes enamorada de ese hombre, que él nunca se decidió por ti, que no dejó de aparecer y llenarte de ilusiones para después marchar y que yo recogiera tu dolor y te perdonara una y otra vez al flaquiar ante él.
Siempre te dije que eso no acabaría sino muere él o mueres tú...
Ahora qué pasará te repito?
No pude contestarle, no dejaba de llorar. 
Dije en voz baja solo sé que preferiría no haberlo recordado.
No quiero volver a revivir esos capítulos, decide por una vez por toda que harás.
Me voy a la oficina. Te quedarás en casa?
Se fue sin obtener respuesta alguna, se mostró frío y molesto, y se marchó.
Tengo que decidir que hacer con esto que siento, tengo que hacer lo correcto, aunque aún no sé que lo sea.
Evité volver a hablar del tema y así transcurrieron 3 años sin saber algo más de él. Interiormente estaba expectante esperando que se acercara e intentara saber de mí.
Pero no llegó...
El tiempo no sé detiene, al mirarme al espejo veo el paso de los años, mi cabello con muchos reflejos de la edad, brillantes y blancas canas, una tristeza profunda en mi mirada, que solo tenía un nombre.
Había intentado ser feliz y cerrar ese capítulo, deshacerme de ese sentimiento.
Tal vez mi mayor condena será vivir atada a ese amor, y suspiré.
No imaginaba, lo que me esperaba y no me había preparado para ello.
Busqué la forma de saber de él, sin lograr enterarme de suficiente para calmar la ansiedad y no intentar verlo.
Pero me entere de su perdida, me presenté al sepelio, no pensé en nada más que en él.
Y allí estaba él frente a mi viéndome inmóvil,paralizado y callado. Una mirada llena de sorpresas, pero invadida de emoción, me acerqué y lo abracé, ese instante se hizo eterno, como si no quisiéramos que terminara, ni separar nuestros cuerpos de esa cercanía sorpresiva e inusual. Tocaba terminar ese acercamiento, aunque nuestros corazones siguieran latiendo al unísono, pues fue latente el aumento de nuestros ritmos cardíacos, nuestras sudoración, evidente emoción y felicidad al vernos, al tocarnos.
Suspiré, me sentía feliz de haber encontrado el valor de estar a su lado aunque sea un instante.
Luego de finalizada la misa, me alejé, sin despedirme, quise marchar, sin mirar atrás, pero no pude evitarlo. Volteo y su mirada estaba posada sobre mi, le sonreí.
Quise decirle con esa mirada tantas cosas, pero mi corazón no podría expresar con palabras todo lo que por él ha sentido.
Me marché... Pensativa, melancólica y feliz, es una mezcla de sentimientos que solo él es capaz de remover en mi y dejarme así como muchas otras veces.
Ya mi nido estaba vacío, ya mis hijos estaban haciendo sus vidas, viviendo con más libertad de lo que yo viví la mía. Siempre he sido una mamá que les mostró la tranquilidad y serenidad de una vida monótona.
Pero los inste a recorrer el mundo y vivir, buscar tener nuevas experiencias, y atreverse a vivir acordé a sus principios, valores, pero sin dejar de perseguir sus sueños o sentimientos sin importar que estos fueron aceptados o comprendidos por los demás.
Es que yo dejé ir el amor de mi vida, por temor a no tener la aprobación de los demás. No cumplir con las expectativas impuestas.
Dejé ir una y otra vez a ese amor por pensar en otros, en los sentimientos de los demás y en el dolor que mi decisión de vivir ese amor libre y sin riendas podría causar.
Ahí estaba feliz de haberme atrevido a estar a su lado un instante pero llena de felicidad de haberme visto en sus ojos, haber rosado su piel.
Hubiese querido quedarme impregnada de su perfume. Hubiese anhelado quedarme junto a él. Pero aunque mi nido está vacío aún sigue en casa el hombre que con devoción y entrega a vivido a mi lado por 30 años y me toca cuidarlo.
Además quién diría que una mujer de mi edad tiene derecho a seguir amando.
No, no lo volví a ver, después de ese día. Sentí vergüenza y pudor de buscarlo, ya para que me decía una y otra vez.
Me sentía hasta ridícula de sentir esa pasión pese a los años y lloré.
Pasaron tres años de ese día, me tocó pasar por una pérdida igual, me estaba quedando sola... 
Y ante mi duelo decidir partir a un nuevo lugar y vivir tranquila, lejos de la bulliciosa ciudad, como soñé, volver a despertar por el sonido del mar.
Allí estaba empezando a vivir una nueva vida, replanteando un nuevo presente, con más tiempo para escribir.
 Luego de muchos meses en mi bella tierra, y de construir nuevos sueños y proyectos de vida en aquel pequeño pueblo, llegó un día de nuevas sonrisas.
Llegaron unos niños corriendo a mi puerta, maestra, maestra, la buscan. Eran dos niños que participaban de mis proyectos educativos comunitarios.
Junto a ellos vi venir a un hombre alto, con gorra y maleta. Creí que estaba soñando, sentí desmayar era mucha emoción para este viejo corazón.
Solo logré preguntar qué haces aquí. Él sonrió y me susurró al oído empezando a vivir.
Lo abracé fuerte tan fuerte que no quería soltarlo, lloramos juntos, allí de pie uno frente al otro y este amor contenido de tantos años. 
Me parecía un sueño, que me sentía libre de poder vivir.
Él no soltaba mi mano, me dijo es más hermoso de lo que narran tus cartas, y de lo que muestran tus libros. 
Estás más hermosa de lo que imaginaba. Quiero estar el resto de mi vida junto a ti.
Cerramos las puertas de la casa. Y nos dedicamos a sentir.
Pasábamos cada tarde contemplando el mar y cada mañana caminando sus playas  poniéndonos al día con nuestras vidas y siendo felices como soñamos.
💞 Maura Rey
Página 1 / 1
Foto del autor Maura Rey
Textos Publicados: 53
Miembro desde: Feb 14, 2020
0 Comentarios 65 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Cuando un sentimiento permanece en ti

Palabras Clave: Amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Maura Rey

Derechos de Autor: Maura Rey


Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy