Pateando un bote
Publicado en May 25, 2020
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PATEANDO UN BOTE
 
Voy por la vida divirtiéndome como un niño, pateando un viejo bote de hojalata que representa mis recuerdos llenos de dolor y sin olvido. La muerte de mi madre, de mi padre y de mi hermano… fuerte patada al bote quien al rebotar contra el suelo ahoga mi gemido. ¿Catarsis? ¿Evasión ruidosa? ¿Niñerías de un viejo senil? No lo sé, pero me parece más entretenido que golpes de pecho y una andanada de suspiros.
 
Ya lo sé ya lo sé, quien se obstina en olvidar, termina por recordar. Pero a cada patada al bote se sacude mi archivo memorístico. Es una forma de interactuar de mi conciencia pasada y la presente, a nadie le hago daño, salvo al bote que parece recordármelo con cada una de sus abolladuras. Después de todo lo ha dicho Milan Kundera en la Despedida: “Los ancianos se caracterizan por envanecerse de sus padecimientos pasados y convertirlos en un museo al que invitan a entrar a los visitantes.”
 
  Por ello debo advertirles lo siguiente: Este relato de mis pesares y la forma de alejarlos de mí, pateando un bote, es ñoñería si ustedes quieren y mandan, pero no es una invitación a compartirlos, ni deben tomarlo como un consejo, después de todo las dos mejores circunstancias para dar consejos son: Cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida de quien lo necesita. Porque son los casos en donde existe la mayor probabilidad de ser atendidos. Desde luego aquí no se dan las circunstancias descritas. Aquí se trata solo de decir algo, de dejar a la mano en su delirio por escribir, la cabeza cuerda para corregir y la otra mano despiadada para hacer un bollito y a la cesta cuando la cosa no funcione.
 
Entonces seguiré pateando botes, porque “Jamás al esfuerzo desoye la fortuna”, se dice en La Celestina de Fernando de Rojas. Seguramente mi esfuerzo pateador no será suficiente para alcanzar la tranquilidad que se hermana con el olvido. Por eso mismo ayer conseguí un bote nuevo y fui al parque donde hace años conocí a mi amada. Pasé la tarde pateando con furia aquel bote. A cada golpe que le asestaba reía a carcajadas, cómo no iba a hacerlo, si su lejanía es el recuerdo más doloroso que me atosiga. Por qué no debería de reír, si la risa como las lágrimas atempera el ánimo y sosiegan al alma.
 
Con las primeras sombras de la noche detuve mi arrebato, pues una gran fatiga invadió mi cuerpo. Fui a casa a descansar agobiado por un extraño malestar, hasta del bote me olvidé. Justo al llegar a casa sentí una punzada en el corazón… hoy al despertar encontré a mis padres y a mi hermano junto a mi lecho, felices me extendían sus brazos en señal de bienvenida.
 
Comprendí entonces lo sucedido y recordé el epitafio en la tumba del Marqués de Sade: “Si no viví más, es porque no me dio tiempo". Afortunadamente un alma piadosa colocó varios botes de hojalata junto a mi cuerpo antes de sepultarme.
 
Y porque siempre estuve de acuerdo con Sartre: “El destino del hombre está en sí mismo”. Entonces está decidido, deambularé por todos los parques de ultratumba pateando un bote hasta lograr apartar de mi mente para toda la eternidad el recuerdo de mi amada.
 
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Un relato

Palabras Clave: patear bote amada

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (7)add comment
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Magnolia Stella Correa Martinez

Fantástico... tus letras recrean la imaginación y llevan a vivir mentalmente la escena descrita.
Felicitaciones Kalutavon.
Un abrazo.
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May 27, 2020
 

kalutavon

Estimada Magnolia te agradezco el comentario y te saludo con afecto.
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May 27, 2020

Enrique Gonzlez Matas

Si te libera mentalmente, ante los problemas patear botes, me parece estupendo. Cada cual emplea su mente y filosofía lo mejor que puede. Enhorabuena por las citas literarias, siempre viene bien un buen pensamiento.
Te deseo lo mejor en estas circunstancias, amigo Kalutavon.
Un fuerte abrazo.
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May 27, 2020
 

kalutavon

Gracias Enrique por los buenos deseos y por el amable comentario. Afectuoso saludo correspondiendo los buenos deseos.
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May 27, 2020

Gonzalo

Buen texto, exquisito en cuanto a lo que recrea en la imaginacion al leerlo. Citas placenteras de autores que la mayoria desconocia debo admitir. Gracias por compartirlo con nosotros.
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May 27, 2020
 

kalutavon

Gracias Gonzalo por leer y comentar. Afectuoso saludo.
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May 27, 2020

Maria Jose L de Guevara

Aquel que marca citas en la lectura de importantes obras , o aquel que emplea frases geniales anotadas en la trascendencia para reafirmar conceptos ( como bien lo hace nuestro querido Gustavo Adolfo y ahora tú en este regio texto), es porque posee en su intelecto un muy buen concepto de lo que es la palabra y el pensamiento. No todo el mundo así lo estima; la mayoría cree que es solo conocimiento.
Esto es solo una parte de lo que tu cuento me deja.
Una cosa más que me queda es notar ese insostenible impulso por vaciar el alma de tus contenidos; como dices, por ejemplo: "Aquí se trata solo de decir algo, de dejar a la mano en su delirio por escribir, la cabeza cuerda para corregir y la otra mano despiadada para hacer un bollito y a la cesta cuando la cosa no funcione."
Ello solo existe en quienes una de sus grandes pasiones son las letras.
Y terminas tu cuento con un lúdico sentido de intriga: Llevas al protagonista hasta la fantasía de concluir sus sueños al termino de sus días.
Debo confesar, no obstante -- y discúlpame una vez más toda mi franqueza-- , que debí releerlo detenidamente y hacer mentales ediciones de algunas frases.
Nadie en la vida es perfecto, pero son pocos los que se acercan.
A mí me encanta leerte.
Espero te estás cuidando en estos difíciles momentos y que tengas éxito.
Un abrazo
María José.

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May 25, 2020
 

kalutavon

Gracias María José por el amable comentario. Saludo afectuoso.
Responder
May 26, 2020

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