Intenta hacer como si nada pasase, como si su vida sin tí no fuera un asco. Disimula la sonrisa que le sale al verte y los ojos con los que te mira. Nunca dice las veces que ve tus historias o las veces que mira vuestras fotos juntos. Esconde esas lagrimas que le caen al leer vuestras conversaciones o al escuchar tu voz en los audios. Jamás te dirá lo mucho que te echa de menos y lo mucho que añora tus abrazos. No será capaz de decirte lo mucho que sigues valiendo para él después de tanto tiempo. Su orgullo lo consume, no lo deja expresarse y lo peor, no lo deja sentir. Nunca admitirá esas conversaciones de madrugada con sus amigos hablando de ti o las miradas que te echa en medio de una fiesta. ¿Tal vez seamos capaces de volver a ser felices? Piensa él. Pero su orgullo destruye esa pregunta en cuestión de segundos; dejándolo otra vez en el “que venga ella”. Los días pasan y no es capaz de seguir adelante. Todo le recuerda a ella, cada olor, cada foto hasta cada cosa. El sabe que es incapaz de vivir sin ella, pero no es capaz de dejar a un lado su orgullo. Y eso hace que pierda a la persona por la que más había sentido en mucho tiempo. Eso le dejo sin momentos de felicidad. El simple orgullo hizo que perdiera lo más valioso que tenia en ese momento. Por culpa de ese sentimiento, lo perdió todo.