Confieso que me duele la aurora
con sus mantos grises y atolondrados.
Entonces te pregunto aquí,
desde la cima de mis mundos,
¿Por qué hay silencio en tus palabras…?
Rodeada por mudas paredes
cubiertas de mugre y olores a rancio,
humedad y hastío.
tejiendo para ti lo indecible ...
ante una espera de encajes delicados ,
con esa ternura que muda la rosa
cuando me engaña la alborada.
En esta inmensa soledad azul,
donde te pierdes con la prisa inacabada
hasta el cansancio inoperante.
Yo, tu abismo,
tu vértice
Me pulverizo en cadenas de distancias
hasta muy tarde
Engreída ...
deshojo la tierra que me ofrece cobija
hundiéndome en una larga despedida...
mas continuo en mi agonía ..
bien lo escribió en su drama
un español hace siglos...
y lo escribió con sentido Calderon,
en boca de segismundo ...
...Que los sueños, son solo eso, sueños.
La insoslayable ausencia,
que ondula con la brisa
Rasguño de sombras ,
cuando la luz se agota
estruendo de silencios ,
a la llanura voraz del olvido
Pulverizándome hasta el tuétano de los huesos
ante una cadena de silencios que nos separa
pero sé también ,
que no se puede detener el tiempo
que no existe, porque solo es un sueño inagotable
tampoco, alinear la imagen de tu cuerpo en el espejo
para perpetuarte
Como el pájaro embalsamado que maldice
En esta impotente piel que se transparenta
Doris Melo Mendoza.
2014
En : Rapsodia demorada en el tiempo.