Esta noche no puedo.
 
En esta noche oscura soy la debilidad que no me permite sostenerte.
Esta noche pienso en el frio de esa mañana, aferrada a la esquina de tu cama como si fuera una tierra extraña.
En esta noche soy el mar en plena tormenta, que revienta contra con mis ojos empapando mis mejillas.
Esta noche me cobija la desilusión de quien aprende a mirar, de quien añora un sueño y cree palparlo mientras que sus palmas se encuentran vacías.
Esta noche no quiero ser el mástil que te libera de la culpa que cargas, esta noche no.
 
En esta noche me abrazo a la soledad, me reusó a escuchar tu melodiosa voz.
Esta noche doy por iniciado el desfile de las ideas.
Esta noche, amor mío, no puedo ser tu sonrisa atenta y tus caricias livianas.
Esta noche no.
 
En esta noche dejo que me gane el dolor, dejo que crezca en mi el miedo, ese que creaste al escoger otra veda para tu llegada.
Esta noche no quiero asilo de ninguna clase, ni de tus besos serenos, ni de tu pecho invitante.
Esta noche escupo el melifluo momento que busca un espacio entre mi ajetreada mente.
En esta noche no me levanto, soy inercia.
 
Esta noche no puedo, lo lamento corazón, sé que buscas consuelo.
Esta noche dejo que mis demonios se diviertan y hagan estragos en mi mundo, aquel que era para ti.
En esta noche me doblego ante las consecuencias de tus decisiones y ante la maldita suerte que decidió ser cruel con la niña que buscaba iluminar la oscuridad de un ciego.
Esta noche te dejo ir, a sabiendas que volverás.
 
En esta noche mi enorme corazón se encoje.
Esta noche me rio de mí, me miro con lastima y con amor.
En esta noche me pido perdón.
Esta noche no te perdono.
 
Esta noche no puedo.
En esta noche soy espectador.
Esta noche es mía, no nuestra.
En esta no existes.