Luchando con el perro negro
Publicado en Feb 18, 2020
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A ver, que jodido es todo esto, que jodido es tener que lidiar con tantas mierdas a la vez, como me permito sentir cuando no se ni por dónde empezar. Estoy MOLESTA, estoy muy molesta por todo el mal que hay en el mundo y que de uno u otra forma llega a mi vida, no me gusta ver a gente que quiero sufrir, quisiera poder decirles que todo va a estar bien pero como lo hago? Como les miento en la cara cuando ellos mismos saben que yo no me siento bien? Cuando ellos mismos saben el proceso por el que estoy pasando!.
La depresión no es juego, es una de las condiciones mas desgastantes que hay, la tristeza en el cuerpo, la apatía, el insomnio, la ansiedad, la frustración de que muy poca lo entienda y que por mas que quieras explicarlo, no lo van a entender, tener que escuchar cosas como, sal, haz ejercicio, mente positiva, piensa en otra cosa, comentarios de eso tipo, aunque no sean con mala intención son peores que no decir nada.
Aquí estoy yo, tras seis meses de tratamiento decidí cambiar de psicóloga, porque sentía que lejos de mejorar, estaba retrocediendo, cumplió su función y me ayudo en su momento, pero ahora necesito de alguien que vaya mas allá, que me ayude a descubrir el por que de mis miedo y mis carencias, que no solo vea el proceso, si no que vea la causa. No ha sido fácil, ha sido  una montaña rusa de emociones, unos días bien, como si nada pasara, pero hay otros días donde la ansiedad de apodera de mí y cuestiono todo lo que hago, de un tiempo para acá la mejoría fue notoria, volvía a ser yo, con altas y bajas, porque ninguna persona es perfecta y todos tenemos derecho de ponernos tristes, molestos, frustrados, en fin, si no lo hiciéramos seríamos robots.
A finales del 2019, empecé a tener ansiedad de nuevo, se lo atribuí a las fechas, pasar navidades lejos de la familia, extrañar antiguas tradiciones y toda esa nostalgia que acompaña las fechas, pero no era solo eso, venía muchas cosas detrás, cosas que aún no descubro, y llegó el bajón mas repentino y fuerte que he tenido en estos casi 7 meses de tratamiento, no sabía que estaba haciendo mal, aún no lo sé, esa sentimiento de pérdida, sentir que te perdiste en el camino, que ya no eres tú y que no sabes quién eres ahora, no reconoces a esta persona vulnerable, ansiosa, que se juzga por todo, que no tiene gana de nadas y ese sentimiento de no saber si podrás salir de ahí.
Algo que me ha costado entender es que el mundo no se detiene, que mientras uno lucha con su propio proceso hay millones de cosas pasando y pasándote, cosas con las que no sabes cómo lidiar, querer ayudarlos a todos pero ni siquiera saber cómo ayudarte a ti mismo.
Ahorita mismo, de acuerdo con lo que me dijo mi psicóloga, estoy pasando por un sentimiento de duelo, de pérdida, pudiera interpretar eso de tantas formas, puede ser porque tuve que dejar mi zona de confort, mi casa, mi familia, mi país y salir con una maleta y mi pareja que ha sido un apoyo enorme, creo que no supe asimilar todo lo que emigrar significaba porque todo fue muy rápido, no me permití sentir nostalgia por lo que estaba dejando y trataba de enfocarme en lo positivo, pero el problema es que nunca lo dejé salir, nunca enfrente ese sentimiento de pérdida, pero mas allá de todo eso creo que en el proceso me perdí a mi misma, cambié mi forma de ser, de pensar, de actuar, de tener cero responsabilidades a llevar una casa y una familia de dos, fue como si tuviera que madurar de la noche a la mañana, y me extraño, la verdad es que me extraño, extraño ser espontánea, disfrutar el momento, vivir el hoy, DIOS! Como lo extraño, se me van los días planificando que hacer, que no hacer, organizando todo para mañana, pasado, la semana que viene, en que momento me perdí?, en que momento me convertí en una super maniática del orden y la organización?, me perdí a mi misma, me olvidé de disfrutar los pequeños momentos, mi mente no descansa y está agotada.
Creo que eso fue lo que hice mal, hice mis terapias, tomé mis medicamentos pero yo no cambié mi forma de ver y hacer las cosas y ahí es cuando mi cuerpo me pasó factura, el insomnio fue fatal, eso fue lo que me desarmo completamente, no poder conciliar el sueño, no descansar, que se acercara la noche y no saber si iba a poder dormir, lo peor es que no quería tomar nada porque me daba miedo crear adicción. La verdad es que todos tenemos un límite, no sé si yo alcancé el mío en ese momento, y si no fue así estuve muy cerca, tuve que hacer cambios, lo de la psicóloga fue uno de ellos, también fui al médico para cambiar la medicación, porque no es justo que queramos hacer esto solos, no es justo querer hacernos los fuertes y pretender no necesitar ayuda, NO!.  
Ahora me encuentro tomando ansiolíticos, con supervisión médica y me he sentido mejor, sé que es un alivio temporal para poder salir del hoyo en el que me encuentro, pero no hay razón para hacerlo más difícil, está bien pedir ayuda, no sé cuál será el próximo paso, sé que seguramente más adelante tendré que replantearme muchas cosas, también sé que no será fácil, pero hay que ir un día a la vez para que pueda encontrar un equilibrio entre la persona que fui y la que soy hoy en día, poder ser responsable y aun así permitirme sentir, no preocuparme por si lloro o no lloro, por si los demás me ven vulnerable, que no me de miedo caerme, ser espontánea y disfrutar las pequeñas cosas de la vida.
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Foto del autor Maria
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Miembro desde: Feb 06, 2020
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Descripción

Todos tenemos un perro negro con el cual luchamos, a veces a diario o de vez en cuando, esta es un pedacito de mi lucha

Palabras Clave: Depresion terapia pedir ayuda no rendirse

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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