El terror de los Duvalier
Publicado en Nov 15, 2019
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François Duvalier, conocido con el sobrenombre de Papa Doc, fue un médico y político haitiano, presidente constitucional de su país a partir de 1957 y posteriormente, desde 1964 y hasta su muerte en 1971, dictador de Haití en calidad de presidente vitalicio. 
En 1957 las circunstancias cambian, se promulga una nueva Constitución y François Duvalier, apoyado por sectores del mundo castrense, triunfa en las elecciones, convirtiéndose en Presidente de Haití para un período de 6 años. Llevó a cabo una campaña electoral de tipo populista, preconizando una estrategia de afirmación de la negritud, en la que apelaba a la mayoría afrohaitiana y que se oponía a la élite mulata que estaba en el poder. 
Duvalier renovó la tradición del vudú y posteriormente lo usó para consolidar su poder, afirmando que él mismo era un hougan, un sacerdote vudú. Duvalier imitó de modo deliberado la imagen del Barón Samedi, deidad de la muerte y los cementerios en el panteón vudú, en un intento de resultar aún más convincente. Usaba frecuentemente gafas de sol y hablaba con un fuerte tono nasal.
Duvalier trabajó para consolidar su posición política; tras sobrevivir a un atentado contra su vida en 1958 depuró el Ejército para deshacerse de elementos que le pudieran ser hostiles. Su mandato pasó a ser mucho más brutal y represivo. En 1959, inspirado por los camisas negras del fascismo italiano, creó una milicia que se conoció como Voluntarios de la Seguridad Nacional (VSN) para proteger su poder fuera de Puerto Príncipe. Los miembros de la VSN pasaron a ser conocidos posteriormente como los Tontons-Macoutes, y se convirtieron en las tropas de choque del gobierno. Dado que estas milicias no recibían remuneración alguna, ellos mismos inventaban sus propios medios de financiación a través del crimen y la extorsión. Para proteger su propia integridad, Duvalier utilizaba la Guardia Presidencial haitiana.
En su país, Duvalier utilizó tanto el asesinato como la expulsión para eliminar a sus adversarios políticos. Se calcula que fueron más de treinta mil las personas asesinadas. Los ataques llevados a cabo contra Duvalier por algunos militares fueron reprimidos con una especial dureza: en 1967, la explosión de algunas bombas en las cercanías del Palacio Nacional acarreó la ejecución de veinte oficiales de la Guardia Presidencial. En esta ocasión, los barcos de la Marina bombardearon durante casi todo el día el Palacio Nacional. Eran barcos viejos, tres en total que, armados con cañones obsoletos, hicieron su mejor esfuerzo por sublevarse y derrocar a Duvalier. 
En el transcurso de dicho día la única oposición que hubo de parte de las fuerzas leales a Duvalier fue el intento de repeler a los marinos sublevados con el único avión de la Fuerza Aérea, un P-51 reliquia de la Segunda Guerra Mundial. El avión al filo del mediodía intentó ametrallar a uno de los barcos fallando todas las ráfagas de ametralladora disparadas. Las trazadoras hicieron impacto únicamente en el mar azul profundo de la bahía. La refriega entre barcos y el P-51 duró unos cuantos segundos. Acto seguido el avión aterrizó y no volvió a despegar más, por lo que es probable que hubiese recibido algún daño. Al filo del atardecer los barcos tomaron rumbo a Cuba llegando a Guantánamo, donde recibieron asilo. En tierra quedaron docenas de marinos que por una u otra razón no pudieron abordar. Sus casas fueron saqueadas y luego quemadas.
Aquellos que corrieron con mejor suerte lograron refugiarse en las embajadas. Guatemala recibió, a través de su embajada en Puerto Príncipe, a la familia de uno de los capitanes que participó en el ataque. Aquellas familias que no lograron huir en los barcos y que no pudieron obtener asilo en alguna embajada sufrieron las represalias del Gobierno. El reinado del terror de Duvalier mantuvo el país bajo su control directo hasta su muerte en 1971, producida debido a las complicaciones derivadas de la diabetes mellitus que sufría.
François Duvalier fue glorificado por sus seguidores casi como una divinidad y a su muerte, según su voluntad y la Constitución que él mismo había diseñado, le sucedió su hijo, Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, que pasó también a ser presidente vitalicio contando solo con diecinueve años de edad. A la muerte de François Duvalier, Haití era el país más pobre de América, ocupaba el primer puesto en analfabetismo y la salud pública estaba en un estado desastroso.
Jean-Claude Duvalier, también conocido como Baby Doc, accedió a la presidencia vitalicia tras la muerte de su padre en 1971. Ese mismo año creó el cuerpo de los Leopardos para contrarrestar el poder autónomo de la fuerza policial del régimen de su predecesor los Tonton Macoute, pero con igual misión de mantener el terror entre la población. Su Gobierno se caracterizó por luchas internas entre miembros de su propia familia y la influencia de su madre, junto con la postración de la economía haitiana, la galopante corrupción y la brutal represión hacia cualquier tipo de disidencia.
Sin embargo, el país vivió una cierta estabilidad y desarrollo económico durante el Gobierno de Duvalier. Se reanudó el pago de la deuda, el turismo incrementó de manera significativa y llegó ayuda de Estados Unidos, Canadá y Francia. Las calles se mantenían limpias, la seguridad estaba garantizada, los servicios de alumbrado eléctrico no sufrían cortes, el desempleo era bajo y existía el servicio de agua potable. Por auspicio de su esposa Michèle se construyeron algunos hospitales, escuelas y comedores infantiles. No obstante, se rumoreaba que los parientes de la primera dama constituían una de las familias más corruptas del país. Su esposa Michèle era conocida por su obsesión de comprar de manera compulsiva joyas, abrigos y vestidos de diseñador a cargo de las reservas del Estado.
Una insurrección acabó con su gobierno el 7 de febrero de 1986, a raíz de la retirada del apoyo militar y económico de Estados Unidos y del golpe militar del jefe del ejército, Henri Namphy. Tras su derrocamiento, Duvalier y su familia se exiliaron en Francia, cuyo gobierno les dio asilo. Al inicio Duvalier alquiló una villa en Mougins, donde su mujer Michèle continuó con su extravagante estilo de vida, comprando autos lujosos y asistiendo a fiestas de la alta sociedad francesa. 
En 2005 Duvalier anunció su intención de volver a Haití para postularse a las elecciones presidenciales de 2006, por el Partido Unidad Nacional, pero no pudo inscribirse en el colegio electoral. En 2007, en un mensaje grabado dio un discurso en francés donde pidió públicamente perdón al pueblo haitiano por las atrocidades cometidas por su dictadura, pero en general fue desestimado por la mayor parte de las personalidades haitianas, incluyendo el presidente de la República, René Préval.
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Foto del autor Elisa Barba
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Palabras Clave: Haiti Duvalier dictadura terror

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



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