Odorífero
La oscura noche sin estrellas huele opulento, el viento trae un mensaje, “la última noche de aquí y la primera de todas”, tal parece otioso que mi travesía aquí terminó, aunque hubo preguntas que se quedaron volando bajo el  ardiente cielo de este oligárquico lugar, clamando una respuesta, de repente unas luces de colores vistieron el cielo parece que el sol está lanzando fuegos artificiales para festejar mi última noche, las ostentosas luces forman un espectáculo increíble como si fuera una aurora boreal en una noche invernal, esas luces fueron seguidas con otras amarillas que se dirigieron a cada uno de los cráteres circulares que se encontraba en la planicie parecen derribar las esferas de aislamiento que rodean los cráteres, la diferencia fue que en donde yo estaba la burbuja fue derribada por una luz azul oscuro, la burbuja se quebró en pedazos que parecían onerosos cayendo desde lo alto, subí de inmediato a la alcoba y logré divisar que todo ese espectáculo permitió observar que cada cráter rodeaba una mansión similar a la que estoy viviendo, pero parecían inhabitadas, que sucedió me pregunté, en ello un artefacto con forma de kayak clama mi nombre diciendo “Ataria, ya es hora de regresar al oasis”, mis ojos cerraron contra voluntad y lo ultimo que recuerdo fue sentir como me fui elevando al cielo, mientras los ardientes rayos del sol quemaban mi cara, traté de oscilar pero no fue factible, mi último refugio ha llegado.