Hoy
Publicado en Sep 17, 2019
Hoy lo vi. Me miró y sonrió. Deje de mirarlo al instante. Reaccioné, por mi bien y lo deje. Seguí. Me fui. Hui. Hace ocho horas aproximadamente. Ocho horas que estoy pensando en él. En eso. En lo que pasó y lo que pudo pasar. Me miró. Nos miramos mutuamente y volteé para que no me viera. Para que no me reconociera, aunque ya era demasiado tarde. Sé que me reconoció. Soy yo. Al menos un cincuenta por ciento de mi está intacto.
Pensé mucho, dudé también. Necesité chequear las redes para ver si seguía intacto lo nuestro. Pero no. Eso pasó, fluyó, se evaporó hace años. Pero me sorprende, me desestabiliza, me despierta. A veces creo que una parte de mi murió cuando formalicé. A veces pienso también qué hubiera sido de mí, de él, si aquella noche no ponía por encima de él a mi ex. Quizás seguiríamos juntos, quizás lo hubiéramos intentado o al menos no se hubiera quebrado nuestro pequeño amor. Sí. Porque para mí fue amor. Y para él, creo también. Todavía recuerdo la primera vez que me habló. Como un instante que paralizó mi corazón. Yo no lo conocía, él me habló, pronunció mi nombre. En un lugar que podría describir como la palma de mi mano. Allí estaba yo. Acompañada de mi mejor amigo, con mis cortos e inexpertos 16 años. Y ahí estaba él con su fiel amigo, J. Esa noche intercambiamos palabras y quedó en escribirme por Facebook para confirmarme que sí nos teníamos como "amigos" en la red. Yo lo desconocía, tenía miles en ese entonces. Muchos más de su pueblo, vecino al mío. Mi amigo no creyó nada de lo que entre risas le tuve que afirmar, le creyó a él. Para mi sorpresa, el domingo luego del almuerzo y no recordando lo que había sucedido entré a Facebook. Y allí estaba. Él, su amistad virtual y el mensaje que aún lo leo "viste que nos teníamos". Mi reacción en ese momento fue igual que la que conservo cada vez que vuelvo a saber de él. Un cosquilleo inexplicable en mi corazón, tan profundo y tan sincero, tan frío y tan pleno. Como el que sentí hoy.
Página 1 / 1
|
Constanza Reyes
Lo sabroso, querida amiga, es tener en cuenta que nuestras sensaciones se estremecen y, de alguna manera, nos arrancan una socarrona sonrisa.
Constanza.
Septiembre 13