11.01.11
Mi muerte.
Y sin vacilar dispare aquella fría arma en mi sien derecha con la mano izquierda…
“Siento el filo de los bisturís cortando mi piel, extrayendo cada uno de mis órganos, pero no hay dolor, solo un suave cosquilleo sobre una mesa de metal.
Ahora siento la pena de los míos y la risa de los bastardos que me esperan del otro lado, el aroma de las coronas es nostálgico, la tenue luz alrededor de mi ataúd. Una lágrima de mi hermana pequeña cae sobre el cristal, como mil truenos golpea en mi sentir, ahora hay dolor, no te preocupes pequeña eternamente te cuidare.
Los puñados de tierra sobre el féretro, oscuridad, tranquilidad, allá arriba, las notas Heavy Metal de mis amigos despidiéndome, me acomodo y entro en sueño.