Todo es cuestión de saber mirar, de transmitir con los ojos lo que nuestra boca calla,de sentir y recibir, de construir puentes para unir dos islas deshabitadas. Dos pedazos de tierra que habían sido arrasadas. Ternura y Franco , dos islas que fueron y son y que ahora se reconstruyen pero esta vez con otros cimientos, Ternura se transforma en implacable para defenderse de los ataques y Franco se convierte en cobarde para enfrentarse a la guerra del miedo.
Su esencia se ha dividido pero continua en ellos , les sigue uniendo ese puente, ese vínculo de palabras y actos que construyen día a día , a veces más endeble y otras más resistente pero al fin y al cabo el nexo entre ambos, fuente de ideas, de emociones, de roces que se intercambian y al que no quieren renunciar aunque muchas veces les provoque el vértigo .