“Me interesa el futuro, pues en el voy a pasar el resto de mi vida”
CHARLES F. KETTERING
 
  Alguna vez, has pensado en eso ¿Es una reflexión muy poco apreciada, solamente en algunos casos, pensamos, a que como estamos en estos momentos estamos bien, y no nos preocupamos en analizar, como será nuestra  vida en los anos venideros.
   Cuando estamos jóvenes, con toda la fuerza física, salud y deseos de lucha  en su máxima expresión, no miramos hacia adelante, hacia los años venideros, principalmente en que será de nosotros cuando    nuestras fuerzas física y mentales  vayan  decayendo.
    Nos pasa a todos, creemos que esa juventud, esas fuerzas, van a ser nuestras compañeras durante el resto de nuestra vida. Me paso a mí y sé que a muchos de ustedes también. Me acuerdo cuando joven que él tomar licor , trasnochar y aprender malos hábitos, jamás me  llegaría afectar, pues en esos momentos, no eran algo que de verdad sintiera que estaba o me hacía sentir mal, simplemente como joven, me divertía, y para mí eso era normal. Descuidamos nuestros estudios, luchamos por salirnos de los consejos de nuestros padres, hacemos todo lo contrario a lo que nos puede favorecer en un futuro, pues nos encanta ser jóvenes rebeldes y nos sentimos grandes porque  le llevamos la contraria a todos los que nos aconsejan, en dejar o no hacer tal cosa. Sentimos que el mundo lo tenemos controlado, que es nuestro y que lo vamos a dominar fácilmente. No ahorramos, no cotizamos para nuestra vejez, no cuidamos nuestro cuerpo, no hacemos nada pensando en nuestros años venideros, porque creemos que esos están aún muy lejos y tardaremos mucho tiempo en llegar ahí.
    Cuan equivocados estábamos, que tristes pensamientos y que arrepentidos nos sentimos, cuando Dios nos da el privilegio de llegar ahí, como en mi caso, privilegio que no todos tiene la suerte de tener.
    Corremos día con día, abusamos de la velocidad para llegar a un compromiso, que nos resultara en un buen negocio, corremos de aquí para allá,  para esto, para aquello, y no  nos paramos un solo instante  a disfrutar en ningún momento de esa bella vida que tenemos. Creemos que  el mundo es nuestro, luchamos a brazo partido por las cosas materiales, trabajos como locos para tener el último modelo de carro, el teléfono de última generación, las ropas de marca, con que podemos impresionar a nuestros conocidos.  Dejamos de lado nuestra familia, nuestra espiritualidad, nuestra propia vida, para poner por delante, lo que creemos que es  el éxito “el estatus social”. Y eso  nos ayuda a sentirnos sobre todos los demás  pues tenemos todo lo que queremos con las  cosas materiales.
    Tenemos que hacer un alto en el camino, un momento, para ver nuestra vida desde adentro, nuestra agitaba vida y ponernos a pensar, en que nos llevaremos cuando llegue el fin  y en que es más importante para vivir una vida plena de felicidad.
   La mayoría de las personas, descuidamos y dejamos de lado nuestra familia, para ir en pos del éxito, de la fama, y del dinero.
    Todo eso es pasajero, el dinero viene y se va,  pero la familia perdura para toda la vida. Muchos se quejan del problema de alcohol, de drogas, de delincuencia de sus hijos, pero nunca han sido padres presentes  en la vida de sus hijos, nunca los llenaron de amor, sino solo de cosas materiales, que no valen nada y no sustituyen el amor  de su padre o de su madre, por andar en busca de su éxito material.
   Todo esto al fin y al cabo nos lleva a ni siquiera pensar en nuestro futuro, cuando, si tenemos suerte, llegaremos a la edad avanzada a los últimos anos de nuestra vida, donde se supone que descansaremos y  nos iremos satisfechos de ver crecer nuestra familia con salud y a nuestros hijos, en el buen camino como personas triunfadoras y  exitosas en todos los campos.
   Pensemos, analicemos, que decisiones estamos tomado, que estamos haciendo bien y que estamos haciendo mal. De ello depende nuestro futuro, donde viviremos bien o mal.
   Recuerde todo en esta vida tiene un principio y un final.
 
   “El cuerpo es el siervo de la mente, obedece sus ordenes, sean estas deliberadas o automáticas. Siguiendo pensamientos indebidos el cuerpo rápidamente se hunde en la enfermedad y el decaimiento, siguiendo pensamientos virtuosos se viste de salud y belleza”.
JAMES ALLEN