13 de enero, 2019Nos di una oportunidad, porque crecí creyendo que la madrugada también puede crear milagros, puede atraer la magia que tanto necesitábamos. Pero, después de las tres de la mañana, justo a la hora retorcida, solo llegó a nosotros la decepción y nuevas heridas.Aún tengo tu puñal clavado en el pecho, y me pregunto si te habrá dolido tanto como a mí, dolido que me hayas picado con tu veneno, porque tus palabras me siguen subiendo como la fiebre y las sigo repitiendo en mi cabeza como disco rayado.Habría deseado desaparecer en el mismo segundo, solo para que no me vieses desmoronar entre lágrimas, para no contemplarte ebrio de cólera. Y aunque ahora no esté frente a ti, solo quiero saber si recuerdas los golpes que me diste con tus manos desnudas, esas mismas que me acariciaron como si no hubiese un mañana.Mirándome al espejo repito tus palabras como conjuro: que no estoy solamente dañado, sino que también me encuentro vacío. Soy solo un cuerpo muerto, esperando en las esquinas por un par de miserias, siendo el rollo de una noche.El veneno sigue fluyendo por mis venas como necesidad, como el aire tras haberme quedado sumergido en tu sombra.Arturo, solo quiero saber, de qué sirve tanta fantasía y sueños imposibles si estás tan roto y miserable como yo.