Textale

EPÍSTOLA CON PISTOLA

Publicado en Jan 11, 2019

EPÍSTOLA CON PISTOLA
X, mes cualquiera, año presente.
Querido lector:

Gracias por leer esta carta. Estoy ante ti, tan tirano como me permitas. ¡Cree, ríe, critícame, pero no me dejes! ¡Sométete!
Érase una vez… un mundo de clichés destruido para ti. Mataron al caballero, la princesa se suicidó y los siervos viven esclavizados por los villanos.
Hoy, al pueblo nada le importa, sólo quiere festejar tu lectura. No te distraigas con los cohetes ni con los gritos que ensalzan tu nombre. ¡Contrólate! Si te cuento que hay un palo, tú creas una viga; si te digo que hay una piedra, te imaginas una peña, y si te digo… bueno, disfruta lo que puedas! ¡Conste que te advertí!
¡Ya vienen por ti los soldados de la madrastra malvada. ¿Te gustaría acribillar a todos los esbirros? ¿Qué tal si de pronto apareciera un AK-47 en tu mano?... ¡No! Para hacer lo que se te antojase yo dejaría de escribir en este momento, lo cual me haría un pésimo escritor, y a ti un pésimo lector. ¡Estás inerme!
Ves llegar a tus ejecutores con ballestas y lanzas. Tu escape es inútil, pues estás rodeado por el gentío que te celebra. ¿Sientes los apretones, cual concierto de rock? ¡Es el precio de la fama!
Como si fuera un terrible sueño, notas que no llevas ropa. Espero que hayas controlado tu imaginación, como te lo advertí, pues hay niños en este cuento.
Al sonar las trompetas, los siervos te señalan para entregarte. Corres sin saber dónde esconderte. En la confusión, logras distinguir una que otra mirada burlona. Rechinas los dientes y nos lanzas improperios, y sobre todo a mí. Te perdono, es el precio que tengo que pagar.
Repentinamente, te atrapan con un costal. ¿Sientes la aspereza de las fibras y el miedo por la oscuridad?

FIN
¡Sé LIBRE!
Atte. Don Vítor Plágido Pocorroba.