La felicidad es un apapacho (penúltimo)En medio del caos y la incertidumbre, mojo la tierra con mis emociones que precipitan con intensidad y vuelvo a plantar las raíces de este tulipán que del miedo sabe florecer. Ojalá y sus raíces se arraiguen de la tierra, firme y sereno, abrazando como enredadera la vida que da infinitos colores a lo grisáceo del horizonte.Contemplé con cautela como se fue regocijando a través de la luz tenue cada uno de los pétalos. Delicado y tímido como brisa de primavera, pero sé que será bocanada de huracán cuando ya no duela.Inquebrantable es la luz que se posa sobre el centro de toda la vida que renace nuevamente y despiertan los sentidos, incluso hasta el más dormido se vuelve tornasol de lo agradecido.Floreciendo de brote en brote, me siento todo aliviado entre sus brazos, ya fortalecido y cuidado con cariño.