Ambiguo, el pensamiento antiguo no es muy diferente al de nuestro presente contínuo. Tenemos ansiedad, frialdad, y una sensación de soledad que por mas que la escondamos permanece latente en nuestras mentes dementes.

Estamos desorientados, somos violentos, las moscas vuelan alrededor de las heces de nuestros pensamientos.

Una particularidad nuestra, es la capacidad natural de evadir la verdad y fornicar con la oscuridad.

Es desesperante, ningún desodorante evita el mal olor que provoca la transpiración de nuestra maldición, aunque es solo una condición, en la cual permanecemos por nuestra propia decisión.

Manantiales de gozo, tonadas celestiales de acordes angelicales para nuestro deleite, amor insesante y una paz abundante que nunca llegaremos a recrear en nuestra imaginación degradada, pero detente a pensar, y es interesante como a cada instante evitamos nuestra suerte corriendo por otro camino y cayendo en picada. Al final no veremos nada, y ese será nuestro destino.

Piensa, la simpleza de la inexistencia.

Un dolor traspasa el corazón del creador al observar a la humanidad sumergida en la más acerba oposición a su voluntad, la realidad es tan diferente de lo que nos han hecho notar, tenemos un futuro glorioso que debemos heredar.

No hay más que hablar, cada palabra añadida solo es un sinónimo de tu realidad.

Piensa...