En pocas palabras reflejas el dolor de quienes son desterrados fuera de su patria que los vio nacer, del calor materno y todos sus afectos que los cobijo confiados, seguros. una vez hombres la vida, el destino o las propias malas decisiones o juntas, los llevan por caminos dispares, olvidan su época de niñez, creo que nuestra niñez es la que sella nuestro destino, si recibimos, amor, comprensión, apoyo, estimulación, seguimos esa linea y si la vida nos golpea, somos capaces de pararnos y comenzar de nuevo, cuando faltaron estos pilares, no tenemos apego a nada y eso nos conduce al odio, a la xenofobia, a la propia autodestrucción, texto reflexivo, interesante para un muy largo análisis, felicitaciones

Del ayer al hoy las transformaciones sorprenden.
De de la infancia a la vejez, los juegos de los niños y el avance del tiempo despiertan reflexiones y añoranzas
Los adultos desterrados de la misma patria encuentran diferencias, quizás no soportables.
El final de tu relato resulta perfecto.
Felicitaciones
Cordial saludo.

Amigo Florentino, tu buen relato me transporta a ese camino recorrido y entonces recuerdo una frase que tengo enmarcada y colgada en el laboratorio:
" La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que jugaba cuando era niño."
Buenas letras y felicitaciones !
Un abrazo exento de visas, pasaporte . . .
María

Conincido Daniel que añoramos la infancia ., la niñez...muchas veces he tenido esa sensación de "destierro"...marca a fondo esa sensación cuando se presentan las añoranzas en el hoy...y claro que me siento extranjera en mi propio territorio interno, por donde han pasado (y pasan) tantas vivencias...muchas no se comparan a las que están dentro de mi otro yo..ese yo que siempre me da problemas...Todos, de alguna manera, somos desterrados...de nuestros orígenes....besos Raquel

“Alguna vez de noche
se verá pasar un poeta con camello…”
Gelman

De niño camina a ser adulto y de adulto a ser solo un anciano-niño, desterrados en esos extremos a las realidades tan cambiantes donde los años han perdido sus calendarios y los países sus fronteras. Pero allí está el poeta, para que su acertada visión llame la atención para que los desterrados en este mundo no sean invisibilidades para siempre
Felicitaciones Daniel

Tu escritura, Daniel, concisa y clara transmite estupendamente el mensaje: en cierto modo, todos somos desterrados de la infancia; aquella edad feliz donde no establecíamos diferencias de razas y colores.

Te felicito una vez más por esa brevedad y saber que llena tu escritura.

Un buen abrazo que rompa separaciones.