Estaba más allá del tiempo, de la carne, de los dogmas culturalesy solía relajarse, a menudo,con el ruido blanco de su ventilador de techo, junto a su compañera, que dormía y sonreía, a su lado.No jugaba a los naipes, ni a la "rula", porque sabía de ante mano, que ese tipo de prácticas, no eran para él, (el tipo era realmente afortunado), ¡y lo sabía!...porque le crecían flores, en las palmas de sus manos.¡Amaba la creación divina!, desde aquella tarde, que vió a su sombra, en el piso, a fuerza de sol.Dormía de día y viajaba de noche; sin documento,sin visa, sin bandera, sin celular, sin nada... (y con todo a la vez).
Juraba que en el patio de su casa, volaban grullas de origami, que desparramaban infinitas melodías y que él, se las robaba,para componerle alguna cancioncita,a su hijo.¡En fin!... el tipo estaba más alla del tiempo, de la carne, de los dogmas culturales... y dicen, que un Domingo, por la madrugada, se convirtió en amanecer,solo para que ella, lo contemplara.