Contar amigos como tú, Gustavo, María, Lucy y otros que últimamente he sumado, es tremendamente gratificante, mucho más que los presentes, porque vuestros verbos van directo a mi alma, sin filtros y francos.
Gracias, querido Enrique, por caminar junto al camino de mis letras.
Un abrazo.

Aun en mi cuerpo viejo surgen fuerzas para muchas cosas, como por ejemplo dar palabras a mis amigos u oír las de ellos; regar el prado y oler el aroma de las flores; cocer frejoles y gustarlos con una deliciosa salsa... Sin embargo, querido amigo, en mis vísceras se ha instalado profundamente la nostalgia y es algo que, al contrario de lo que me han dicho algunos textaleros, que ella, la nostalgia, es un sentimiento que nos remueve la pena, yo siento que es también una forma de vida: Pues uno no ha querido que aquella persona dulce, amada y maravillosa haya partido y solo nos haya dejado su recuerdo; entonces uno coge las reminiscencias y les da vida en su memoria... Créeme, Gustavo, es fantasía, si, pero es refrescante, es emotivo y reconfortante.
En el summum de mis años he encontrado una paz tan amplia, que mis locuras la adornan de alegrías.
Una de las virtudes que mucho admiro de ti, es tu gran memoria para hacer presente en tus textos u opiniones, las citas de grandes personas que con certeza se aplican a ese motivo; en esta oportunidad, la frase Nietzsche, que transcribes es una de las más sutiles que he escuchado.
Gracias, amigo.

(Pensar que somos políticamente contrarios... ridiculeces de la vida).

Ella fue Costanza, a la que jamás olvidaré, porque si hoy no la tengo juna a mí - está en el cielo - la tuve en mi corazón por siempre, de la misma manera como ella me tuvo a mí.
( En mis textos se encuentra un poco nuestra historia: "Cuando el destino abre una de sus puertas").
Agradezco te agrade este sencillo impulso en mis versos por recordarla una vez más.
Besos, Josibel. Tus verbos también me llegan al alma.

EL diccionario en su acepción define a la nostalgia con términos de pena y tristeza y yo porfiadamente he intentado exponerla como un sentimiento gozoso. Y no es por ignorancia, creo; ha sido por obstinación, por rebeldía, porque en mi nostalgia impera la imagen de ella, quien no es para mi ninguna pena.
Consciente de mi equivocación, quiero agradecer de todas formas los sentimientos tuyos que acompañan mi sentir, Luis Jos.
Un buen abrazo.

Quizás sea preciso distinguir cada nostalgia, querida amiga, porque es posible que pueda yo entender las penas de tus nostalgias, que seguramente poseen argumentos diferentes de la mías. Que recurras al término miserable ni me ofende , ni me afecta; primero, porque es una pregunta, y, segundo, porque el sentirme amado en una fantasía es una increíble prerrogativa que me permite, además, continuar amándola.
Me considero un escritor de variada gama y poseo la facilidad de crear historias, pero en instancias actuales me ha brotado desde el alma expresar mis íntimos sentimientos, aquellos que sentí una vida entera por Constanza, mi amor eterno desde la niñez, a la que tuve en pausa largamente por caprichos de la vida y a la que convertí en mi amante después de nuestro reencuentro; hasta que el destino la situó en otro mundo, aquel donde espero reencontrarla y esta vez para siempre.
Necesitaba explicarte.
De todos modos, deseo enviarte besos dulces y fraternos.

Mi historia ya la sabes y se muy bien que cada vez que la mencione tus comprensivas palabras estarán adscritas para apoyarme.
¿Podría uno esperar mejor amiga? Dejas brotes de esperanza y estelas de aromas de energía, porque así se nutre el alma, con el aliento de aquellos con los que se comparte.
Besos, Lucy querida.

Al leer tus comentarios, me forjo imágenes fantásticas de ser cada uno de nosotros un par de lobos en dos puntos remotos el uno y el otro, en la cúspide de una roca, aullando bajo la Luna plena, expresando profundamente la nostalgia.
Agradezco mucho la circunstancia de ser tu amigo.
Besos.