Deberían charlar, reir y abrazarse, pero lloran... sospechan que sería digno, fingir cierta alegria, pero no lo consiguen, (y nunca llegan a las 00:00 hs, sonriendo). La borrachera ruidosa del barrio y su brisa tóxica, perfuma el suspiro de lo inalcanzable, ni la bolsa de Papá Noel, ni en la cañita voladora del diablo, van a borrar las arrugas de sus infancias.Todo festejo empieza a terminar y a parecerse a un velorio, cuando en aquella casa, lo sueñan, lo anhelan y lo materializan... (es un círculo enfermizo, del cual no quieren salir).Sus almohadas están rellenas de goma espuma, vidrios y dolor, para que descansen sin descansar, sobre los ladridos de mil perros, de techos agujereados, de esperanzas ensangrentadas, de silencios intragables, de maltratos de entrecasa, de violaciones del espacio y de la carne, con la infaltable baba chorreando sobre el celular; siempre entre las manos.¿Quién los llamará, ésta noche?... ¿vos?.