Últimamente siento que debo tirar la toalla. Que esto está perdido, que no hay marcha atrás. Y puede ser. Soy un catalán español callado, como tantísimos otros. No sé si es por miedo, por la represión que hemos vivido desde pequeños o por simplemente mantenernos al margen y no meternos en berenjenales que nos pueden perjudicar, pero estamos escondidos.
 
Y aunque no lo parezca, somos una parte muy representativa de Cataluña, pero no ponemos banderas, no expresamos nuestros sentimientos, no salimos a las calles a reivindicar nuestra cultura y nuestra lengua. Simplemente callamos y hasta cedemos en mil cosas. Somos una realidad invisible e ignorada.
 
Me he cansado. Quiero luchar por todos nosotros y siento que no tengo vías. No hay voz para nosotros.
 
He tenido que pasar por tanta vergüenza y tanta opresión en mi vida (especialmente estudiantil) que no podría explicarlo todo al detalle. Sólo diré que es BOCHORNOSO que te falten al respeto, te humillen y te discriminen por hablar castellano; que te bajen la nota o no te acepten trabajos y exámenes por estar hechos/contestados en castellano. Que te pidan que tienes que disculparte por querer hacer una exposición en tu lengua, y asumas las consecuencias.
 
No habrá mucha gente que pueda dar testimonios de la hostilidad ante el castellano en todos los colegios, institutos y universidades de Cataluña, y el motivo está bien claro. Hablar en castellano en estamentos públicos u oficiales es una rebelión, y no está aceptado. Es mucho más beneficioso ceder, dejar tu lengua y hacer lo que te obligan a hacer. Porque, aunque el castellano es una LENGUA OFICIAL en Cataluña, no importa. Les da igual. “Parla català, nen!”, “no t’entenc!”, cuando me están entendiendo perfectamente. Luego dicen que el castellano y el catalán no son muy distintos; no sé cuántas veces me habrán dicho que no me entienden.
 
Me he tenido que enfrentar a muchos profesores que presentaban abierta aversión a todo lo español, a todo español y a todo lo que no fuera catalán. Para mí habría sido mucho más sencillo hablar catalán, hacerlo todo en catalán, y listo. Pero yo también tengo derechos, libertad y sentimientos. Yo también tengo una cultura y una lengua a respetar, tal y como los catalanes piden respeto hacia su cultura y su lengua. ¿Y qué pasa con las mías?
 
“Es que estamos en Cataluña”. Cataluña es una comunidad autónoma de un país (España) y tiene dos lenguas cooficiales, por lo tanto, deben coexistir. Soy de este país. Me han llegado a decir que me vaya de aquí, que me vaya a mi país. Ya estoy en mi país.
 
A mis abuelos, que no son catalanes pero viven aquí, les han obligado a dirigirse en un ayuntamiento o a la policía de aquí en catalán. Incluso si piden que, por favor, se les hable en castellano porque vienen de fuera, se les dice que no, que tienen que aprender catalán. Es absurdo negar esta realidad. Claro que no todos los casos serán así, porque todavía existe gente con coherencia, pero cada vez menos.
 
Desde el gobierno catalán existe una ley extraoficial de obligar el catalán en cualquier lugar público. Tuve un profesor en bachillerato que lo admitió, literalmente: “nos envían cartas de Ensenyament en las que nos dicen que está PROHIBIDO hablar castellano”.
 
El siguiente nivel es querer obligar a los estudiantes a hablar catalán fuera de las aulas. El catalán como lengua vehicular; lo ponen muy orgullosos en los murales de las escuelas. Si asomas la oreja en el recreo de cualquier colegio oirás hablar castellano. El 50%, si no más, de las familias de esos niños y niñas son castellanoparlantes. ¿Qué sentido tiene seguir negando el castellano, cuando es evidente que se usa?
 
Desde aquí, como catalán español, la impresión clara que da es que escuece. Duele que la lengua del país del cual te quieres separar esté tan presente. Hasta han dicho que, de no meter el catalán así, de esta manera, desaparecería. ¡Ja! Están dando con la respuesta.
 
Una lengua no se puede obligar, y mucho menos oprimiendo otra. El uso de una lengua es libre. Y no soy inglés, ni chino, ni alemán. Soy de vuestro país, y mi lengua es oficial en vuestra comunidad autónoma. ¿Por qué me censuráis así?
 
El odio hacia lo español es palpable. Es curioso como las corridas de toros son horribles y se han llegado a prohibir en Cataluña cuando existen muchas prácticas lícitas con animales que son pura tortura, únicamente por ocio. Cuánta hipocresía.
 
Por cierto, que aquí son muy multiculturales, aceptan a personas de todos los países, los integran, les dan ayudas... todo muy bonito, pero a cambio de hablar catalán. Y, eso sí, multicultural pero quita del multi a los españoles y al castellano. Cuidadín, que no se cuelen. Luego los “fascistas” somos nosotros.
 
 
Esto lo he dicho decenas de veces pero nunca se me da credibilidad. Por suerte o por desgracia en este contexto, soy profesor de Educación Primaria, y es TOTALMENTE verídico que en las escuelas, y da gracias, sólo de imparten 2 horas semanales de castellano (4 de catalán, 4 de matemáticas, normalmente 3 de inglés...). Debería estar equiparado al catalán (y ni aún así, pues todas las materias se dan en catalán, TODAS menos castellano), pero no. Y justo hoy que estoy escribiendo ésto, en septiembre de 2017, he visto que en una escuela de Educación Primaria sólo hacen UNA hora de castellano semanal.
 
Las familias castellanoparlantes están sorprendidas y les parece injusto. No es normal. Pero no pueden hacer nada. Callan. Esos niños, y lo he visto con mis propios ojos, no saben ni escribir los números en castellano. Muchos ahora, de mayores, dicen que no tienen problemas para manejar el castellano. Pero es que la radicalidad va a más. Veremos los niños de hoy qué nivel de castellano tienen dentro de 10 años.
 
Por no hablar de la inexistencia de la palabra España como país. El adoctrinamiento en las escuelas es muy efectivo, es su arma más arrojadiza para permitir que todo esto suceda.
 
Y no quiero menospreciar ninguna lengua, porque igual que valoro la mía, valoro las demás. Pero el catalán, a 200 km de aquí, no les servirá. El castellano sí. Y estoy HARTO, harto de tanta repulsión, tanto odio, tanta discriminación, tanta hipocresía, tanta ignorancia. Estoy harto de que me/nos opriman y debamos callar.
 
Hablan del nacionalismo español cuando el nacionalismo más vivo y poderoso que existe aquí es el nacionalismo catalán y la dictadura indirecta que están creando desde los organismos públicos.
 
¿Sabéis que no se puede trabajar en una entidad pública si no hablas catalán?
¿Sabéis que si expresamos nuestra opinión, tal y como estoy haciendo yo, las repercusiones son reales y graves, tanto personal como profesionalmente?
 
Yo, como profesor, no me puedo expresar. No puedo decir lo que pienso, y, por supuesto, no puedo hablar castellano. No puedo dar libertad a mis alumnos para que hablen en catalán o en castellano, lo que les apetezca. Ah, en inglés sí, si quieren hablar en inglés que lo hagan.
 
Por eso, en estos momentos, me niego a pertenecer a este sistema. Por supuesto, sería mucho más cómodo y beneficioso para mí hacer lo que ellos quieren; es lo que hace la mayoría.
 
 
Hablan de motivos económicos. Que España roba, cuando en Cataluña también han robado tela. Me dan igual los motivos económicos. Sinceramente no me fío de un gobierno que me ha tratado así de mal y lo sigue haciendo. No me fío de una sociedad que te acepta si tragas, y te odia si ejerces tu libertad. No me fío de lo que sucederá ni de sus intereses.
 
Pero algo tengo muy claro. Si Cataluña se independiza, preparaos para la dictadura catalana y olvidad nuestra lengua y nuestros derechos de forma definitiva.
 
Tendremos que marcharnos de aquí para poder utilizar una lengua que, a día de hoy, sigue siendo oficial en Cataluña. Tendremos que marcharnos para dejar de sentirnos oprimidos y odiados por sentirnos españoles también.
 
 
Porque tú no te sientes español, te sientes catalán. Pero yo sí me siento español, y a este paso dejaré de sentirme catalán.