Estoy segura de que jamás he amado a nadie, estoy casi segura de que jamás me han amado, espero poder amar a alguien y que me amen a mí con la misma intensidad, necesito que me amen. 
Echando la mirada hacia atrás, repasando los escasos años de mi vida transcurrida, puedo afirmar sin equivocarme que jamás he estado enamorada. No es que no haya tenido experiencias cercanas al amor, pero nunca he sentido "eso" que dicen que tienes que sentir cuando estas enamorado. Por ello llego a la conclusión de que he sido movida por las olas de la soledad, de la sociedad. He tenido pareja por no estar sola, por tener a alguien que me espera detrás de la puerta, por tener a alguien en quien apoyarme, por tener una vida sexual activa, por sentirme arropada, amada...
Si lo pienso bien, si yo no he querido realmente, ¿ellos me han querido a mi? Supongo que no, o quiza si, no se con cual de las dos posibles situaciones sentirme peor. Puedo ser la que ha engañado a una persona que realmente ha sentido algo por mi o puedo ser una más de un reparto de dos actores que se engañan mutuamente con sus interpretaciones intentando de manera desesperada no sentirse solos. 
En mi opción, en esta soledad, sociedad, nos imponen la necesidad de estar siempre rodeados de personas de las que somos dependientes y viceversa. Me refiero a esa horrible dependencia sentimental. Con el paso de los años me doy cuenta de que la dependencia sentimental es mucho peor que cualquier otra, te obliga a modelar tu personalidad según las necesidades y gustos de las personas que te rodean, cuando deberías ser tú el que cambias tu circulo según tus gustos. Todos tenemos a esas personas de las que nos mantenemos colgados y con las que sentimos que estamos arropados, familiares, pareja y amigos. 
 
Con esta podrida visión de la sola sociedad, no sé si mi corazón podrá abordar el barco del amor y experimentar plenamente lo que se siente cuando amas profunda y sinceramente a una persona con la que puedes tener una relación SANA.