La Cuadrilla Aventurera (Relato) -7-
Publicado en Aug 06, 2017
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Después de alimentarse con los mejores y más sabrosos manjares preparados por las mismas chicas de Marvelia, los cinco compañeros y amigos de la Cuadrilla Aventurera, tras haber dormido tres horas seguidas sumidos en un profundo sueño, ahora se encontraban en una de las inmensas praderas de la Isla de Metal. Mientras Varolli, Lianos y Demís se lo pasaban en grande jugando con las cincuenta amazonas que hacían demostraciones continuas de sus habilidades montando a los caballos, el capitán Pangoci y el teniente Doré se encontraban sentados en un verde y recién arreglado césped junto a Gal, La Mujer Maravilla, que estaba a la derecha del capitán y junto a Escarlata, La Viuda Negra, sentada a la izquierda del teniente. Así que en el centro estaban las dos monumentales bellezas femeninas, más sexys que nunca, mientras Pangoci ocupaba el extremo derecho y Doré el extremo izquierdo.
 
- ¿Qué opináis ahora de nosotras, capitán?
 
- No termino de creer que esto sea una realidad, Gal.
 
- ¿Cómo crees tú que se forma una realidad?
 
- Pues supongo que concibiéndola antes.
 
- Entonces somos reales porque hemos nacido concebidas por un hombre y una mujer.
 
- ¿Cómo podemos demostrar eso a quienes nos esperan en el planeta Tierra?
 
- ¿Es que los hombres terrestres siempre tenéis que demostrarlo todo?
 
- Es un imperativo de la Ciencia.
 
- ¿Y qué importancia tiene que los científicos crean que somos reales o solamente ficciones?
 
Intervino Escarlata...
 
- ¿A quiénes pensáis vosotros que pertenecemos de verdad?
 
Antes de que el teniente Doré pudiera decir algo, repentinamente se abrió un matorral y apareció, frente a los dos hombres y las dos mujeres, un repugnante ser infrahumano con cabeza completamente negra, un cuerpo completamente rojo y tanto las extremidades superiores como las extremidades inferiores de color verde. Solamente tenía un ojo en el centro de la frente en la que destacaban dos pequeños cuernos de cabra y, por encima del ojo, una media luna de color blanco con una cimitarra del mismo color. Su estatura solamente era de un metro con treinta centímetros. Y de su parte trasera le salía una larga cola de lagartija con una extensión de dos metros exactos. Llevaba en su mano izquierda un espejo en forma de disco circular. Los cuatro se pusieron de pie al verle asomar de manera tan mezquina.
 
- ¡Me estás decepcionando del todo, Escarlata! ¿Cómo te atreves a estar hablando con dos seres tan inferiores mientras desprecias continuamente mi presencia a tu lado? Según la ley del dios "Musul Man" yo soy el gran Nebula y me perteneces solamente a mí. Es hora de venir a por lo que me pertenece y lo que me pertenece solo eres tú. Todas las demás no me interesan. Así que te ruego que vengas a mí poder y te llevaré a mi tierra del Desierto de Khash donde serás feliz entre mis brazos.
 
- ¡Jajajajaja! ¿Cómo la vais a coger en brazos si medís menos que el chupete de Cocoliso?
 
- ¿Qué dice ese majadero que tienes a tu lado, Viuda Negra?
 
- Siempre le da por decir verdades.
 
- ¡No me importan las verdades de los hombres necios! ¿Vas a venir conmigo o tendré que usar el Disco de la Muerte para acabar contigo antes de que te entregues a los brazos de otro ser? 
 
- Ni borracha del todo iría yo contigo ni al riachuelo más cercano de esta isla.
 
El repugnante ser infrahumano se encolerizó muerto de rabia. 
 
- ¡¡¡Tú lo has querido!!!
 
La acción del teniente Doré fue mucho más rápida y con su cuerpo cubrió por completo el cuerpo de la Viuda Negra.
 
- ¡¡¡No!!! ¡¡¡Ella no!!!
 
El rayo mortal penetró hasta el centro del corazón de Doré que cayó fulminado al suelo.
 
Gritó Escarlata.
 
- ¡¡¡NOOOOO!!!
 
El capitán Pangoci reaccionó antes de que el atolondrado y repugnante ser pudiese volver a usar el Disco de la Muerte contra La Viuda Negra.
 
- ¡¡¡Muere maldito ser de los infiernos!!!
 
La primera ráfaga de la "Box Pay" de Pangoci, entrando en el único ojo central de Nebula, sirvió para que a éste se le callese al suelo el Disco de la Muerte que, estrellándose contra una pequeña roca, se partió en miles de minúsculos pedazos. Pero no mató al repugnante ser mientras Pangoci continuaba lanzando disparos disuasorios que entraban en el ojo de Nebula quien, tras un minuto seguido de recibir aquel tipo de rayos, empezó a dar traspiés en dirección a Escarlata con el propósito de hacerla suya; mas cuando ya se encontraba a un metro de ella, los continuos disparos disuasorios de la "Box Pay" terminaron por acertar del todo porque, de repente, Nebula comenzó a arder por completo y, lentamente, se fue convirtiendo en un montón de cenizas que el viento las esparció en todas las direcciones. Nebula, el repugnante adorador del dios "Musul Man" había dejado de existir para siempre. Y la Viuda Negra se arrodilló cogiendo entre sus brazos al teniente Doré.
 
- ¡No te mueras, Doré, por favor! ¡No te mueras!
 
Doré sólo pudo decir algo con voz tenue y difícil de escuchar...
 
- Escarlata... nací... crecí... y morí... luego existo...
 
Fue lo único que acertó a decir cuando, por primera vez en sus vidas, La Viuda Negra y La Mujer Maravilla supieron lo que era tener sentimientos porque estaban llorando igual que el capitán Pangoci. Escarlata tocó el todavía caliente pecho de Doré y besó su corazón.
 
- ¡No te vayas, por favor Doré, no te vayas!
 
Pero Doré ya sólo sonreía y Escarlata le cerró amorosamente los párpados de sus ojos...
 
- Ha muerto como ha vivido. Siempre con una sonrisa en su rostro.
 
- ¿Y ahora qué vais a hacer, capitán?
 
- Tenemos que volver a nuestro planeta Tierra. Tenemos que irnos ya y llevarnos también el cuerpo de Doré.
 
- ¡No! ¡El cuerpo de Doré lo enterraré yo misma en el centro de la ciudad Eldorado!
 
- ¿En el subsuelo de esta Isla de Metal?
 
- ¡Eso es! Eso es lo que me estaba pidiendo con su mirada cuando se despidió diciendo nací, crecí y morí luego existo. Y existirá siempre formando parte de la Leyenda de la Isla de Metal. Fue el único de todos vosotros que se lo merece. Los demás nos admirais a todas con los ojos del deseo y sólo por lo muy buenas que estamos físicamente pero él... él era distinto... él me amaba de verdad... y por eso me pertenece...
 
- Está bien. Que se quede aquí para toda la eternidad.
 
- Gracias, capitán. Mientras estaba vivo Nebula éramos tan mortales como todos los demás seres humanos pero al matarle tú nos has convertido en inmortales. Lo que sólo era una leyenda nada más ahora se ha convertido en un milagro.
 
- ¿Puedo contar también eso a todos los terrícolas cuando lleguemos a casa?
 
- No es conveniente que contéis nada de nada... absolutamente nada de nada... de todas las aventuras que os han sucedido en este viaje...
 
- Pero es nuestra obligación... así que ayúdanos a volver a la Tierra... 
 
- ¿Quieres que os trace la ruta que debéis seguir?
 
- ¡Eso es! ¡Ahora estamos los cuatro perdidos!
 
- Tengo una manera mucho más fácil que usar aeronaves perdidas por el Universo para que podáis volver a la Tierra. Llama a tus tres subordinados y venid con nosotras.
 
Acompañados por centenares de chicas de Marvelia que ya supieron que, de repente, se habían convertio en inmortales, llegaron hasta La Cabina "Tempus".
 
- ¡Hemos llegado a "Tempus"!
 
- ¿Por qué se llama así, Escarlata?
 
- Porque es la mejor aeronave que jamás se ha inventado. En su fabricación se unieron Razón y Corazón, Realismo e Idealismo, Lógica e Imaginación. Pasad dentro y en breves minutos estaréis en la Tierra.
 
- ¡Confiamos en ti, Escarlata!
 
Convencidos por la mirada serena de La Viuda Negra entraron en la ancha cabina que La Mujer Maravilla cerró herméticamente.
 
- Ahora, sin que ninguno de ellos se entere, pon el lugar y la fecha que tenemos previsto de antemano, Gal.
 
Gal manejó la caja de datos de "Tempus".
 
- Año 1660 después de Jesucristo. País de Francia. Ciudad de París. Lugar de Bois de Boulogne.  
 
De repente una espesa nube de color violeta intenso envolvió a "Tempus". El suelo tembló durante un minuto.
 
- ¡Hola, Athos! ¡Hola, Porthos! ¡Hola, Aramis! ¡Qué bueno veros a los tres!
 
- ¡Yo, Athos, y mis dos compañeros mosqueteros también, nos encontramos algeres por verte bien D'Artagnan!
 
- ¡Yo no sé qué os puede suceder a vosotros pero siento como que nos falta alguien! ¿No es cierto Aramis?
 
- ¡Todos creemos y estamos casi seguros de que nos falta alguien!
 
- ¡Y sin embargo no debe ser cierto porque siempre hemos sido cuatro y nada más que cuatro! ¿Cómo es posible que estemos echando en falta a un quinto mosquetero si sólamente hemos sido cuatro y nada más que cuatro?
 
- ¡No nos quebremos la cabeza, D'Artagnan! ¡Lo que yo no comprendo es qué hacemos aquí tirados en medio del bosque y sin nuestras caballos!
 
- Es cierto, Athos. Algo raro ha debido suceder.
 
- Yo, como me llamo Porthos, estoy seguro de que anoche debimos de beber más vino que nunca y por eso nos suceden estas cosas.
 
- ¡Olvidemos el pasado, compañero! ¡La Reina Ana nos espera para que el cardenal Richelieu no pueda acusarla de nada! ¡Todos para uno y uno para todos!
 
Respondieron Athos, Porthos y Aramis.
 
- ¡¡¡Todos para uno y uno para todos!!!
 
Y comenzaron a caminar hacia Versalles...
 
- Y a mí que no se me borra de la mente la sensación de que nos falta alguien...
 
- Olvidemos eso ya. En la primera taberna que encontremos beberemos para olvidar.
 
- Olvidar. Eso es. Olvidar que hemos nacido, olvidar que hemos crecido, olvidar que hemos muerto y olvidar que, por lo tanto, existimos. ¿En dónde he oído yo eso de nací, crecí y morí luego existo?
 
En la taberna brindaron los cuatro por el quinto personaje del cual ninguno sabía nada.
 
FIN 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Relato de Ficcin y Guiones de Cmic y Cine.

Palabras Clave: Literatura Prosa Relatos Narrativa Ficcin Misterio Cmic Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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