La llamada continua (Novela) -Captulo 16-
Publicado en Jul 12, 2017
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"Rayo" había terminado su rápida carrera y necesitaba un merecido descanso junto a "Centella"; así que Julián Forero descabalgó y lo llevó hasta la cuadra. 
 
- ¡Te has portado bien "Rayo"! ¿Quieres que te cuente un chiste? Allá va. Me gustan mucho los caballos para cabalgar pero siempre que sea yo el que vaya encima. ¡Jajajajaja!
 
"Rayo" pareció haberlo entendido por relinchó de gozo restregando su cabeza en el pecho de Julián.
 
- Escucha este otro que todavía es mejor o peor según se mire. El jinete dejó de galopar ya exhausto y de pronto se dio cuenta de que había estado corriendo todo el tiempo sin caballo.
 
"Rayo" volvió a relinchar como riéndose del mundo de los hombres y tras volver a restregar su cabeza en el pecho de Julián éste le regalño tres terrones de azcúcar dando otros tres a "Centella" que también comenzó a relinchar contenta.
 
- ¡Hola! Veo que has vuelto ya.
 
Se volvió para verla tan bellísima y escutural como siempre...
 
- Ha quedado algo por hacer.
 
Ella rodeó con sus brazos el cuello del hispanoecuatoriano y le dio un pequeño beso en los labios. 
 
- Nada. No ha quedado nada por hacer y hay que esperar a mañana para poder trabajar las tierras que todavía permanecen anegadas.
 
- Salgamos de aquí porque "Rayo" quiere quedarse a solas con "Centella"
 
Dascha Stáchova sonrió y, cogida de la mano de Julián Forero, llegaron hasta el porche de la entrada a la vivienda de Vladimir Putín. Se sentaron en dos cómodos sillones muy cerca los dos.
 
- Dascha. Esto me recuerda a cierta chavala malagueña que conocí durante un tiempo.
 
- ¿Quieres decir a una española de Málaga?
 
- Eso quiero decir.
 
- Supongo que sentías algo por ella.
 
- Sí. Pero nunca lo pude descubrir así que olvidé toda su historia y me quedé con algo que deseo contarte con sinceridad.
 
- Adelante. Será interesante saberlo.
 
- Después de todo le dije con la mano en mi corazón: yo no era el chico que tú esperabas ni tú eras la chica que yo soñaba. En las aulas de los conocimientos de la vida la distancia entre tú y yo cada vez se hacía más grande. ¿Para qué construir entonces metáforas diarias? A veces parecía como que íbamos a poder subir al mismo tren, pero los muros de la indiferencia separaban nuestros corazones. Sí. Tú tocaste mi corazón en un momento pero… ¿y nuestras almas?… ¿dónde estaban nuestras almas? Asomado al ventanal de las esperanzas yo notaba que tus miradas sólo eran caricias de superficie sin motivo absoluto y me quedé observando que tus ojos solamente eran para otro diferente a mí, distinto a mí, opuesto a mí. En medio de las olas, en la playa de los deseos, yo sólo podía sentirte… pero la distancia entre nuestros cuerpos cada vez se hacía más sin límites, más con infinitos, más inalcanzable; así que yo marché con el sol al morirse la tarde y me quedé pintando números para poder descubrir que yo sólo era un 8 y tú buscabas un 10. Y así muchas veces más. Todas aquellas sinfonías solamente eran cantos de sirenas. El caso es que perdí la partida porque manejé muy mal mis caballos y tus torres eran de adinerada. Yo no quise, jamás, usar para nada el dinero. Por eso dejé pasar el juego para apostar por una felicidad muy lejos de ti. Y sólo porque yo no era el chico que tú esperabas ni tú eras la chica que yo soñaba. Hoy el destino del azar divino me ha sonreído y tengo un amor. Por eso merecieron la pena tantas derrotas consecutivas para poder alcanzar, por fin, todos mis anhelos. Esfuerzos para sobrevivir y sueños conquistados.
 
- ¿Todo eso es real?
 
- Todo eso es tan real que un día me dije a mí mismo: la imagen real que me acompaña
eres tú misma siempre en las avenidas del tiempo, en los placeres del atardecer, en los caminos del hambre y en las vivencias de la sed. Y es por eso por lo que crucé el mar.
 
- Y llegaste hasta América para volver a empezar.
 
- No podía hacer otra cosa sino llenar todo mi equipaje de sueños inalcanzables para poder hacer realidad el más imposible de todos ellos.
 
- El más imposible de todos ellos es amar a una sirena... español...
 
- Llevas toda la razón... Dascha... llevas toda la razón... escucha... Sirena de insomnios de lunas y estrellas, de meteoros y cometas. Hechicera que recorre veredas solitarias y conjuga mi ansiedad oscura con los soles derramados en ensueños. Mujer fantasma que se mueve en este inconforme abril floreciente. Habitante citadina que brota solitaria y se enfrenta a la esperanza. Moza que recorre la playa por la tarde, en mil barcos de papel que se deshacen en las palabras-nubes del círculo nocturno. Ojo perpetuo de vigilias acechantes. Medusa verde que brota como capullo iridiscente enclaustrado en noches infinitas. Acróbata creadora de remolinos holográmicos suspendidos en el aire. Caminante de sueños sin salida que se queda alumbrando todas mis deshoras. Aurora aventurera, en fin, de todas mis inquietas incertidumbres.
 
- Eso es demasiado, español. ¡Nunca jamás escuché tanta poesía para un cuerpo de mujer! 
 
- Hay horas que nos robaron. Horas de felicidad que no fueron y que, a pesar de ello, permanecieron latentes en un rincón-habitante del alma viajera. Hay horas que nos robaron pero seguro que el viento de las amapolas nos las devolverán entre los trigales de los amaneceres y los pinares del anochecer. Horas que nos robaron… pero a las que no pudieron eliminar de la vida. Horas debidas, horas de vidas que un día habremos de reconquistar y, a través de las sinfonías de una melodía en el viejo acordeón, las recuperaremos en todas sus dimensiones, en todas sus esencias, en todas sus fragantes emociones de eternidad. Como dijo Domingo Ortega: “a quien no sabe sufrir, algo le falta para vencer”. 
 
- Ese Domingo Ortega debió de ser un gran filósofo...  
 
- Tan filósofo como para llegar a decir: "torear es llevar al toro allá donde no quiere ir".
 
Fue entonces cuando se escucharon los terribles ladridos de "Capón" intentando evitar que algún intruso entrar en la granja. Ladridos que resonaban en el aire de la tarde. "Capón" estaba defendiendo algo y ese algo le pertenecía solamente a él. Pero fue en el mismo aire de la tarde donde se escuchaban los ladridos de "Capón" donde se escucharon los ocho disparos de la pistola Tokárev y el aullido de dolor de "Capón" antes de entregar su cuerpo al descanso eterno de los guardianes de la felicidad cuando mueren injustamentr siendo inocentes.
 
- ¡Julián! ¡Han matado a "Capón"! ¡¡Han matado a "Capón"!! ¡¡¡Han matado a "Capón"!!!
 
Julián se deshizo suavemente del abrazo aterrorizada de Dascha.
 
- Calma, Dascha, calma. Quédate dentro y escóndete en algún lugar para que no te suceda nada. Voy a salir a ver qué está sucediendo. Si no me ves regresar no salgas para nada de tu escondrijo.
 
Eso fue lo que hizo Dascha Stáchova mientras Julián Forero salió al exterior y vio la escena: Nikolái Lodónov, totalmente borracho, había agotado todas la munición de su Tokárev disparando sus balas hacia el ya fallecido "Capón" y ahora sonreía, con expresión de imbécil, mientras se había bajado la bragueta de su pantalón de pana marrón.
 
- ¿Qué has hecho, desgraciado?
 
- ¡Jajajajaja! ¡Di más bien que es lo que voy a hacer! ¡Vengo a que me devuelvas lo que me has quitado! 
 
- ¡Eres un completo anormal!
 
- ¡Vengo a que me entregues a mi amada Dascha porque me la voy a tirar delante de ti mismo, ladrón de mujeres ajenas! ¡Cabrón!
 
Aquello no lo aguantó por más tiempo el hispanoecuatoriano venido de América que llegado a donde estaba el desgraciado Nikolái le acertó a dar un izquierdazo con tal potencia que le hizo caer de espaldas en medio del fango del camino. 
 
- ¡Levántate, cerdo! ¡Levántate si es que de verdad vienes a tirártela delante de mi! ¡Has matado a alguien que valía un millón de veces más que tú!
 
Nikolái Lodónov, lleno de lodo gran parte de su vestimenta, pudo lograrse poner en pie despues de cinco intentos fallidos debido a que resbalaba en el barro y no tenía equilibiro por culpa de la borrachera.
 
- ¡Vengo a follarla porque es mía!
 
Ahora el drechazo de Julián fue tan potente que hizo que Nikolái diese una media vuelta sobre su eje y cayó de bruces sobre un enorme charco de agua sucia. El hispanoecuatoriano le agarró por la cabellera y le hizo tregar agua sucia hasta que el desgraciado patán rogó clemencia.
 
- Por favor... por favor... déjame respirar...
 
- ¿Has dejado tú respirar a "Capón"?
 
- Sólo... sólo era un perro... nada más que un perro...
 
- ¿Y tú que eres, cerdo? ¡Ponte de pie a ver quién es el cabrón de entre nosotros dos! ¡Ponte en pie e itnenta derribarme sin es que tienes los cojones que dices tener como para follártela delante de mí! 
 
Nikolái Lódonov se puso en pie gracias a que le ayudó Julián Forero pero, en lugar de agracerle aquel acto humanitario, se lanzó con la cabeza en forma de ariete intentando derribar al hispanoecuatoriano golpeándole en el estómago; pero Julián sabía cómo para aquel golpe y sujetando la cabeza del cobarde enemigo le dio tal rodillazo en la boca que le hizo sangrar por los labios. 
 
- ¡Lávate en el cieno que es donde te corresponde vivir! 
 
Y Julián Forero lanzó al suelo al cobarde y alcoholizado Nikolái Ladónov que volvió a hundirse de espaldas en el barrizal. 
 
- ¡Te juro que o me la devuelves o la mato a ella y después a ti! ¡Ella me pertenece porque es rusa y tú solamente un extranjero así que se está portando como una puta! 
 
El hispanoecuatoriano ya había dado por zanjado el asunto pero aquello volvió a hacerle reaccionara y agarrando de la corbata al trajeado Nikolái lo arrrastró por el suelo hasta llegar a la puerta de la vivienda.
 
- ¡Dascha! ¡Sal un momento, Dascha! ¡Alguien te quiere pedri perdón!
 
Salió a la puerta tan bella como siempre
 
- ¿Qué has dicho que es, gilipollas?
 
- Esto... perdona... perdona Dascha... yo... yo es que la verdad... te amo... te amo tanto... que no puedo olvidarte jamás... perdona... por los diablos de Dostoievski perdona... aunque soy un imbécil de Tolstoi... 
 
- ¡Te has olvidade decirla que eres un cerdo de Orwell! 
 
- Sí... claro... también soy... el Gran Cerdo de "Rebelión en la granja"...
 
- ¿Por qué has matado al inocente "Capón"?
 
- Porque... porque... este cabrón hispanoecuatoriano... lo tenía amaestrado... para no permitir que... que... que te llevara conmigo...
 
Julián Forero tampoco pudo aguantar aquello y le cogió por el gaznate levántandole unos centímetros del suelo.
 
- ¡Además de hijoputa eres maricón! ¡Di tu última palabra antes de morir ahorcado!
 
- ¡Suéltale, amigo español! ¡No merece la pena que vayas a sufrir cadena perpetua por culpa de un miserable borracho!
 
Era la voz autoritaria del ya centenario Valdimir Putín.
 
- Te has salvado porque Dios lo ha querido.
 
Julián soltó a Nikolái que quedó echo un ovillo sobre el suelo mientras intentaba volver a respirar con normalidad.
 
- ¡Échale dentro de la carreta para que me lo lleve a la ciudad ahora mismo y confiese todo la maldad que ha cometido y las amenazas que ha proferido ante el Alcalde Kiriliov¡ ¡Espero que le caiga cadena perpetua o por lo menos más de cincuenta años de cárcel sin poder volver a ser parte de la civilización humana poque ya ha dejado de ser un verdadero hombre y se ha convertido solamente en un sarnoso animal! ¡Solo lo siento por su padre! ¡Qué dolor más grande para Leónidas Lodónov y toda su familia! ¡Pero la vida viene envuelta muchas veces en verdaderas tragedias!
 
- Deje que lo lleve yo.
 
- No, Julián. El Alcalde Kiriliov me oirá mejor a mí que a ti y me hará más caso a mí que a ti. Tú cuida de Dascha ahora que ha perdido a "Capón". Tengo ya cien años pero todavía manejo perfectamente una carreta con "Rayo" y "Centella" como guías. ¿Me has comprendido?
 
- Sí.
 
Todo se hizo como ordenó el anciano Vladimir Putín quien, en pocos minutos, salió de su granja "VLAPU" camino de la ciudad. 
 
- Vamos a enterrarle para que no lo devoren los buitres.
 
Uan vez enterrado el cuerpo muerto de "Capón", Dascha sólo pudo llorar; y Julián Forero la estrechó amorosamente contra su pecho.
 
- Llora todo lo que puedas cargada de sentimientos engarzados en los horrores de un crimen absurdo; algo así como la marchitación de los amores encallados y callados por las vicisitudes del sufrimiento. Llorar por cosas perdidas tiene significado cuando podemos vivir lo suficiente como para vislumbrar, de nuevo, el barrio de nuestra infancia y las soledades de ese territorio llamado corazón. Dar patadas a las piedras para poder desalojar los colores tristes de todo aquello que se quedó anclado entre muros, entre alambradas, con las flores sesgadas y como queriendo cantar a un nuevo amanecer. “El corazón de las tinieblas”: una llamarada, ensangrentada de recuerdos, al otro lado del silencio. Alguien ha escrito lo siguiente sobre “El amor perdido”: se busca una historia de verdadero amor y se encuentra con que ella, después de 50 años, todavía espera la llegada de su esposo que se fue para la segunda guerra mundial justamente en el día de San Valentín. Él ha sido declarado "perdido en acción" pero ella se niega a pensar que él no vovlerá. "Capón" ya no volverá, Dascha, pero su absurda muerte quizás sea la clave de todo tu futuro feliz, Dascha. ¿Me estás escuchando?
 
- Julián... lloro de verdad porque tengo muchas de ser feliz...
 
- El amor pasa la prueba del tiempo. El tiempo de tus sufrimientos ya ha pasada. "Capón" también lo debió de entender en su lastimero aullido de la depedia. Así que llora pero serena tu alma porque la verdad de lo que hay dentro de un corazón es una imagen que nunca vamos a olvidar y una frase completa que dice así: "Vuelvo a vivir porque tengo la fe de la esperanza".
 
- Gracias, Julián.
 
- Muchas veces llorarás la ausencia de "Capón" o de otros seres tan humanos como tú, Dascha. Lo comprendo. Comprender la soledad de una mujer es mucho más complicado cuando hay otros que no la llegan nunca a comprender o cuando la comprenden ya es demasiado tarde para …
 
- No lloro tanto por mí sino por Vladimir Putín, este millonario anciano ya centenario que se está quedando completamente solo. Tú te irás. Yo me iré. "Capón" ya se ha ido. "Raspas" es demasiado independiente. ¿Quién hará compañía, junto al fuego de la chimenea, para que él pueda seguir recordando historias porque ya sólo le quedan los recuerdos? 
 
- Relájate, Dascha, relájate y llorar sin pensar en nada, en nadie, ni en ti misma. ¡Cuántas cosas, cuántos hechos, cuántos sucesos desfilan por delante de nuestros ojos cada día!. Infinidad. Queremos atrapar a todo ello pero sólo podemos atesorar una minúscula porción diaria; esa porción minúscula que formará, con otras minúsculas porciones de otros días y otras semanas, parte sintética de nuestra memoria. No recordaremos todo lo que vemos ni todo lo que vivimos segundo tras segundo diariamente. Eso es sencillamente imposible. Sólo queda en nuestra mente aquello que, en verdad, nos impactó profundamente. Al final de nuestra existencia, por lo tanto, sólo somos un fragmento muy pequeño de todo lo que hemos sido y experimentado en el transcurso de nuestra vida. Y es lógico. Porque si pudiésemos rememorar todos los segundos vividos durante un día, uno tras otro en cadena sucesiva, sería materialmente imposible vivir hacia el futuro, vivir hacia delante,  y nos quedaríamos todos varados en la vivencia del primer día que tuvimos plena conciencia de nuestra existencia. El resto de nuestra vida lo pasaríamos totalmente ocupados en recordar y  rememorar las 24 horas completas de ese nuestro primer día de plena conciencia. Sólo viviríamos un día de existencia nada más… un día repetido infinitamente. Y pasaríamos toda nuestra existencia sin ninguna clase de evolucíón, ocupados siempre en recordar las 24 horas completas del primer día. Pero no. De ser así la existencia humana sería un completo absurdo. Es más, no existiría la humanidad. La existencia humana no hubiera sido posible. Habría muerto con Adán y Eva. Porque recordar todo lo que nos ocurrió durante un día, segundo tras segundo, y vivir repitiendo constantemente esos  recuerdos haría imposible que el hombre y la mujer viviesen más de un día. Por supuesto que no habría ocasión de reprocudirse la especie humana.
 
- ¡Jajajajaja!
 
- Si ya has llorado a "Capón" ríe a la vida que nos queda por vivir.
 
- Tú eres capaz de hacer que lo sienta...
 
- La mente tiene una capacidad infinita para recordar pero el día sólo tiene 24 horas y hay que vivirlas llenándolas de nuevas experiencias cada día. Nuevos datos continuos para nuestra memoria. Por eso ésta es extremadamente selectiva y selecciona lo más significativo de lo que nos ocurre cada dia a lo largo de nuestras vidas. Lo demás lo deja acumulado como recuerdos no conscientes y, a veces, algunos de ellos afloran repentinamente en nuestra mente y la memoria nos los hace recordar. Si todos los seres humanos tuviésemos la obligación de escribir nuestras memorias al final de nuestra vida pero sólo en un libro de 1.000 páginas, billones y billones de sucesos no significativos quedarían fuera de ellas. El libro de cada uno de nosotros, nuestra memoria escrita, recogería solo una minúscula porción de lo que hemos vivido. Y así es en realidad. Queda sólo lo que nos impactó y vivimos con mayor intensidad que el resto de vivencias. Así funciona la mente humana. Si no fuese así la vida humana no existiría.
 
- Eso sólo lo ha podido crear Dios...
 
- ¡Acertaste del todo! La vida sólo la ha creado Dios. Decir que de la Nada surgió todo es tan absurdo que decir que tú no eres una mujer bellísima y yo solamente un escritor porque la realidad dice que entramos en el consenso de todo el mundo para decidir que tus cánones son los de la belleza y mis talentos son los de escritor. Pensanso en dicho consenso mundial, al mirar todo lo inmensa que es la vida humana y compararla con todo lo ínfimo que es un hombre o una mujer, sólo podemos concluir que alguien superior ha hecho posible que seamos importantes. Sin Dios, "Capón" no habría nacido para hacer feliz compañía al señor Putín; así que ya no lloremos más porque esa felicidad jamás se borrará de la mente de ese anciano. Me parece que me has comprendido del todo.
 
- Del todo y para siempre, Julián.
 
- Siempre es demasiado tiempo, Dascha... pero no le tengas miedo al infinito... porque el infinito es una realidad tan verdadera que es hacia donde todos vamos a caminar.  Crecer es síntoma de que nos hacemos personas. No tengas miedo y lucha hacia adelante. No retrocedas en tu evolución. Tu casa eres tú y allí dónde estés tendrás el futuro abierto a tus esperanzas. Es lo que te deseo. Y abandona la tristeza… porque te mereces lo mejor... no dejes de recordar nunca que el temor es algo que siempre está en nuestros corazones pero también está la esperanza de superarlo y salir adelante. ¡Adelante, Dascha! ¡Hasta el final! Que tus sueños sean siempre tu aliento humano pero no tengas ninguna clase de temor al saber que existe la Eternidad. 
 
 
En ese momento regresó el anciano ya centenario Vladimir Putín.
 
- ¿Cómo tan pronto de vuelta, señor Putín? ¿Cómo ha podido ser todo tan rápido?
 
- Vladimir Putín bajo de la carreta.
 
- Es que no ha salido todo como había pensado en un primer momento.
 
- ¿Contó usted hasta diez antes de hacerlo y por eso hizo lo contrario?
 
- ¡Eso es, español ¡Veo que también sabes lo que los maestros que nos consideramos siempre inteligentes aconsajamos a nuestros alumnos de esa manera!
 
- Sí. Lo aprendí siendo muy niño.
 
Dascha estaba muy inquieta temiendo lo peor...
 
- ¿Qué ha sucedido? ¿Ese animal sigue estando libre para matarmen en cualquier momento que se le ocurra?
 
- Calma, Dascha. Ten calma porque soy viejo pero no tonto. Vamos al interior de la vivienda y os lo explico.  
 
Entraron y se sentaron en tres sillones del salón comedor.
 
- Mi primera intención fue llevar a Nikolái Lódonov a la alcaldía para que lo llevaran a la comisaría de la policía; pero en el camino conté hasta 10 y cambién de opinión porque pensé en el enorme dolor que le produciría a Léonidas Lódonov ya la tremenda deshonra que caería sobre toda su familia sabiendo cómo es el pueblo ruso. Caundo le conté, como mejor pude porque le vi que comenzó a llorar, todo lo sucedido con su hijo, él se arrodilló ante mí implorándome que no se lo entregara a las autoridades ni a la policía. Yo me encontraba todavía más desolado que él y pensé también en "Capón" pero cuando creía que lo justo era que aquel criminal pagara por su culpa, sentí algo así como una voz que entró en interio pidiéndome que tuviera clemencia. Sé que era la Voz de Dios. Entonces hice que se levantara y llegamos a un acuerdo. Ninguno de nosotros tres presentaría ningún cargo contra Nikolái Lódonov. Si alguien le viese en tan mal estado quedamos en que yo me lo había encontrado así en alguna calle de la ciudad. Pero puse una condición para que ni él ni toda su familia sufrieran la crítica de todos sus vecinos y la vergüenza de tener que pasar junto a sus lados todos los días. El acuerdo al que llegamos es que hoy mismo el propio Leónidas Lodónov viajaría con su hijos Nikolái hasta Anádyr. la ciudad situada en el máximo extremo orienta de Siberia para que se quedar para siempre viviendo con un hermano de Leónidas llamado Maximilan Lódonov, un hombre autoritario mil por mil y chapado tan a la antigua que no le va a permitira jamás ningún capricho ni vicio. Me pareció la mejor manera de cumplir jusiticia sin que nadie salga perjudicado. ¿Somos mejores personas matando a los inmundos, amigo español?
 
- ¿Quién de nosotros, los hmbres del Bien no tiene muchas veces tener que dominar los impulsos de la venganza?
 
- Usemos la mente para no hacer lo mismo que ellos practican.
 
- Eso es, señor Putín. Al odio no se le responde con el odio si es que se le quiere vencer para siempre y por eso no odiamos porque somos seres  sueperiores a los que odian. ¿Verdadero o falso?
 
- Verdadero, Julián.
 
- ¿Y si en alguna ocasión se escapa y me busca para liquidarme? En el mundo libre, por ser tan amantes de la libertad hasta de los culpables, sucede en muchas ocasiones. 
 
- Tranquila, Dascha, estoy pensando en una solución para que jamás pueda volver a verte. Pero serás tú quien lo decida ya que de libertades estmos hablando.ç
 
- Cuéntamelo después porque ahora tengo demasiada tristeza. ¿Y a usted quién le va a hacer ahora compañía ante la chimenea para escuchar sus hermosos recuerdos?
 
- Me voy con "Rayo" a la ciudad. ¿No os importa esperar a que regrese para que sigamos hablando de ello?
 
- Yo puedo esperar, porue quiero dormir para olvidar...
 
- Y yo, como ya no puedo dormir tanto, esperaré lo que sea necesario fumando una pipa de tabaco aquí, en el porche de esta viuda casa.
 
Julián Forero tardó tres horas en regresar cuando ya Dascha y Vladimir estaban en el porche. Fue Dascha la primera que se dio cuenta.
 
- ¿Qué traes en esa caja tan grande, Julián?
 
Julián descabalgó de "Rayo" y abrió la caja. A Dascha le volvieron a surgir las lágrimas pero ahora era de alegría.
 
- ¡Pero si son dos cachorrillos!
 
- ¡Aquí os presento a dos nuevos miembros de la familia Putín! ¡Él se llama "Poli" y ella se llama "Moli"!
 
Dascha le dio un solo beso en la mejilla derecha.
 
- Eres demasiado bueno, Julián...
 
- No crea que soy tan bueno, Vladimir. No soy San Julián ni tampoco me han beatificado nunca para llegar a ser San Julián. Solamente soy uno más que siente el dolor ajeno y procurar ayudar en lo posible para que desaparezca. Pero sí sé, por propias experiencias que tuve que superar, que es el dolor el que nos hace cuajar como personas capaces de superarlo todo.
 
- ¿Y cuántas veces has tenido que demstrarlo?
 
- Cuántas veces lo ha querido Dios para hacerme el hombre que ahora soy. Una escritora epañola llama Rosa Montero dijo que "el verdadero dolor, como la locura, es un territorio sin palabras, el reino desolador de lo inefable”. El mutismo del dolor se me antoja a mí como una seriedad muy grave y tengo un profundo respeto a las verdades de cualquier sufrimiento. Los deudos del dolor saben lo que digo. Yo, que perdí a mi padre y a mi madre siendo todavía muy joven, aún no he podido a llegar a desentrañar esa clase de mutismo doloroso que nos abunda el alma con el recuerdo del dolor. Yo, que soy muy extrovertido y me considero feliz en la vida, no puedo por menos que guardar respeto hacia el dolor: ese mutismo que parece que se recrea en el silencio para no hacernos olvidar. Y como como dijo el ya fallecido poeta paquistaní Ahmed Fazar, yo también digo: “toda la gente del planeta debe encender una vela para que haya luz en el mundo”. Conciencia universal ante el dolor propio y ajeno. Conciencia de sentirse una unidad solidaria en medio de la eterna pluralidad de nuestras individualidades. Podemos llegar a conseguirlo. Podemos llegar a unir nuestras manos, poner en ellas nuestro corazón y que el latir de todos los corazones se coordinen en una única sinfonía de Paz. Dolor propio y ajeno. No soy indiferente a ninguno de ellos porque el dolor de un ser humano es el dolor de otro ser humano y de otro ser humano y otros muchos seres humanos más ya que todos somos una línea infinita de seres humanos equivalentes ante los ojos de Dios. Y como niños inocentes deberíamos aprender a solidarizar nuestros corazones para entender el dolor propio y ajeno, sentirlo y asumirlo, hasta hacer de este planeta un mundo de verdad mejor… pero de verdad verdadera… como esa verdad verdadera que Jesucristo anuncia día tras día, cuando llega el alba, y noche tras noche, cuando se esconde el sol. 
 
Los tres quedaron pensando...  
 
FIN DEL CAPÍTULO XVI 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Novela.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Narrativa.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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