Píldoras para sera auténtico (Filosofía) -87-
Publicado en Dec 04, 2016
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87.- La suerte (y la desgracia) de ser buenos.
 
Los seres humanos no vivimos a través de los años de edad que vamos cumpliendo sino a través de los momentos que dejaron huella en nosotros (algunos de los cuales también dejaron huella en otras personas). Son  los momentos que fueron importantes para nuestra memoria porque fueron significativos para nuetras vidas y transcendentales para nuestra existencia. Es a través de esos momentos como cada hombre y cada mujer trasciende más allá de las edades y se realiza a través de sus vivencias. Quedando esto totalmente demostrado que es cierto debemos saber, para no engañarnos a nosostros mismos, que todos y todas pasamos momentos buenos y todos y todas pasamos momentos malos. Pero los mentos buenos y los momentos malos no significan que los hombres y las mujeres seamos bueno o seamos malos. Es cierto que ciertas bondades y ciertas maldades sólo son reaitividades de esos dichos momentos pero, mucho más allá de ellos, se encuentran nuestras realidades y, analizadas las realidades de los seres humanos, se puede demostrar que hay acciones que o nos hacen ser absolutamente buenos o nos hacen ser absolutamente malos. Son los momentos presentes y los momentos ausentes... esos momentos en que vivos o muertos nos expandemos más allá de la significación o la nada porque somos buenos o somos malos. En la Bondad se vive. En la Maldad se muere.
 
- ¿Qué hubieses hecho si yo hubiera sido para otro hombre?.
- Pedirle a Dios que me volviese a hacer niño para poderte de nuevo soñar.
- Las personas somos irrepetibles, Juan. Aunque me hubieses vuelto a soñar ya no podria ser tuya.
- Pero me quedaría la ensoñación de poseerte, que es mejor que la Nada...
- Por eso te amo tanto.
- ¿Por decir que nunca dejaré de soñar contigo?.
- No. Por decirlo con tanta libertad.
 
 
Buscando al amor me encontré con la bondad. En verdad os digo que para ser buenos no necesitamos pagar absolutamente nada; pero en verdo os digo, también, que siendo malos pagáis un alto costo en forma de envidia que luego se transforma en ira que después continúa por ser odio y que al final desemboca en la muerte aunque estéis creyendo que vivís.
 
La película "Pistol" se filmó para que la gente conociese los primeros años de uno de los mejores jugadores de baloncesto de toda la historia: fue Pete Maravich. LLegó a la cima del basket, en 1980, cuando firmó por los Celtics. Antes había batido todos los récords de anotación en la Universidad y pasado por algunos de los mejores equipos del mundo. Pero no todo fueron buenas noticias, durante su carrera sufrió bastantes momentos difíciles: su madre se había suicidado años antes y Pete se encerró en sí mismo, y no quiso hablar con nadie.
 
Por dos años la prensa no existió para él. Todos le consideraban casi un "cascarrabias", hasta que un día, casi al final de su carrera, oró y pidió a Dios que cambiase su vida. Había despreciado a Dios. Había blasfemado y odiado a su Creador, pero ahora acudía a Él y pedía misericordia. Volvió a encontrarse con su padre y le pidió perdón por todas las ocasiones en las que le había evitado e incluso se había emborrachado. Más tarde, su padre también llegó a conocer al Señor. En el año 1985, los "Utah Jazz" retiraron el número siete de la camiseta de Pete en su honor y, más tarde (5 de mayo de 1987), sería incluído en el "Basketball Hall of Fame" y considerado el jugador más innovador de toda la historia. Cuando ya no podía hacer nada y estaba al final de su carrera, encontró lo mejor de la vida.
 
¿Lo has escuchado alguna vez?; es una de las frases más repetidas por todos: "Dios ayuda a los que se ayudan". Hay muchos que piensan incluso que algo así está en la Biblia o que es una frase que refleja el carácter de Dios, pero déjame decirte que pocas cosas hay más lejanas al carácter de Dios que esa frase. ¿Sabes la razón?. La Biblia nos enseña que Dios ayuda a los que no pueden hacer nada, a los necesitados, a los que se sienten incomprendidos y sin poder para realizar grandes cosas. Dios está al lado de los que muchos consideran perdedores, porque para Dios no hay perdedores. Dios oye las oraciones de todos.
 
Dios conoce al niño que está sólo. Dios sabe de la familia que no tiene casa. Dios escucha a aquellos que no tienen familia y piensan que no le preocupan a nadie. Dios está al lado de los que tienen sólo lo básico para vivir. Dios sabe lo que ocurre en cada corazón... la soledad y la lágrimas de todos. Incluso las que no son derramadas, o lo son en silencio. Dios se pone siempre al lado de los oprimidos, de los que sufren, de los que se sienten olvidados. Dios ayuda a los que no pueden hacer nada, a los que incluso se sienten tentados a renunciar a sí mismos.
 
Para Dios todos son valiosos. No importa lo que tengan o lo que piensen los demás. A Dios no le impresionan los grandes números ni las grandes hazañas. Los vencedores no influyen en el corazón de Dios. Seas quien seas, y estés donde estés, la mejor manera de presentarte delante de Dios es siendo tú mismo. Sin títulos ni presentaciones. Sin nada que puedas tener entre tus manos o en tu cuenta. Sólo tú mismo o tú misma.
 
Por cierto, ahora que estamos hablando de Dios, yo me hago la siguiente pregunta ¿quién fue aquél sujeto, individuo o energúmeno, que dijo la estulticia de que Jesucristo fue el primer comunista de la Historia?. Pues se equivocó en dos puntos fundamentales de su pensamiento: el primero es que Jesucristo no fue Dios sino que es Dios porque está vivo... y el segundo es que Jesucristo, al ser Dios, no puede ser comunista porque los comunistas son ateos y no creen en Dios. ¿Cómo puede ser comunista entonces Jesucristo si Él es Dios y los ateos niegan la existencia de Dios?.
 
Y es que antes de hablar con la Razón hay que pensar ¿quién creó la Razón?. Os lo voy a decir yo. La Razón no la creó ningún filósofo de la Antigua Grecia, por ejemplo, ni tampoco Descartes el Padre del Racionalismo, también por ejemplo, ya que la Razón la creó Dios en el mismo momento en que creó a los seres humanos; pues habéis de saber, amigos y amigas, que ya los primeros humanos razonaban... como, por ejemplo, para poder construir armas con las que matar a los tigres...
 

Sociedad. ¿Somos buenos o somos malos viviendo en la sociedad humana? Os lo voy a aclarar con detalles. ¡Aquellos lodos del Libertarismo trajeron estos polvos de la Relatividad!. Hablemos en serio, por favor, ¿qué diabólica cuestión es esa de decir y hacer creer a los demás que todo, absolutamente todo, es relativo en esta vida humana? ¡Qué bien orquestada estaba la función! Resultaba que como todo era relativo ya no había diferencias entre la Bondad y la Maldad. En definitiva, el relativismo totalitario estaba "lanzado" para destruir a la Bondad y hacer que la Maldad gobernase el mundo hasta destruirlo definitivamente. ¡Cómo se montaron el tinglado los falsos líderes del siglo XX!
 
No descubro nada nuevo cuando digo que "es muy bueno estar limpio por fuera pero es mucho mejor estar limpio por dentro". No es más bueno el que mucho reza sino el que peca poco. Lo que he visto y veo en la vida viene a sustentar esa parte consciente de conciencia social que he mamado desde niño. Conciencia social para definirnos en medio de esta vida comunitaria: o somos buenos para los demás o somos, por el contrario, malos para con los seres ajenos. Porque la suerte de ser bueno es lo contrario de la desgracia de ser malos. Se aprenden modos de accionar durante el periplo de la vida, amigos y amigas de lecturas, pero nunca se puede borrar de nuestros comportamientos la raíz profunda de nuestra manera de ser. Y es, en verdad, nuestra manera de ser la que nos hace ser partícipes de la Bondad o ser partidarios de la Maldad. Entre ser partícipe y ser partidario hay mucha diferencia: la suerte de ser partícipes de la Bondad es que nuestra única desgracia es no conocer ninguna parte ajena a la Bondad; nuestra única desgracia es no participar del mundo oscuro. ¿Y para qué queremos los seres buenos ser partidarios del mundo oscuro cuando tenemos toda la claridad por delante? Nuestra desgracia es precisamente nuestra virtud. Permitid que os lo demuestre.
 
Un mundo llamado tú es mi único equipaje en esta feliz travesía por las ondas expansivas del océano profundo. Allí, en tu mundo marinero me hundo para buscar lo que el viento se llevó con sus tragedias. Pero ¿qué es la vida sin tu mundo sino una tragedia escondida en las sombras de la envidia? Es por eso por lo que les pregunto a los gorriones sencillos del pueblo dónde hacen sus nidos ellos. ¡En tu mundo! ¡En tu mundo hacemos nuestros nidos y nos alimentamos de versos! Son canciones nada más. Simples canciones al vuelo, tomadas de una sola fuente: la fontana de tus ojos.
 
¿Y qué importa que no nos vean?. Precisamente por eso me hundo en lo submarino de tus miradas y construyo un mundo llamado tú. Para vivir. Solamente para vivir donde existe la paz en los atardeceres de mi pequeña barca. ¡Tú y yo en el horizonte! ¿Para qué queremos seguir en el desierto seco y árido de las gentes envidiosas? ¡No!. !No he de vivir ni más acá ni más allá de tu cuerpo! Que los amores en plurales son sólo mentiras que viven los que no conocen la paz de un mirar como el tuyo.
 
¡Vámonos! ¡Vámonos allá donde las palomas mensajeras depositan, todos los días, una rosa roja en el verde césped del jardín! ¡Sí! ¡Una rosa roja que yo tomo y te la entrego como imaginaria poesía! !Viivir en un mundo llamado tú es lo único que busco yo: una eternidad dentro de tu cuerpo!
 
Nada de artificial hay en mis palabras sinceras y honestas que sólo surgen de tu propio corazón. Ese corazón abierto donde entro todos los días para vivir sonriendo como el niño bohemio del pretil del puente. Sí. Siempre el mismo. Siempre el mismo que te ofrece odas en el silencio de las noches. ¡Que cuando la oscuridad se marcha hay más luz en tus miradas y es más fácil decir un "te amo" con la suficiente claridad de los sentimientos blancos. No es magia un mundo llamdo tú, sino una fantasía creada por Dios!
 
Un mundo llamado tú es sólo suficiente para estar siempre acompañado en las primaveras de las rosas; en el verano de los girasoles; en el otoño de los castaños y en el invierno de la nieve pura. ¡Esa es la única Verdad que existe en esta Tierra a la que podemos llamar Amor sin hache de hechicería! Brindemos con el agua pura y sana de las corrientes submarinas. Allí donde sólo los enamorados beben sueños soñados. ¡Sí! ¡Sueños soñados pero verdaderos! Más allá no hay nada, absolutamente nada, salvo "agujeros negros" donde se pierde la vida en las miserias de los celos. ¿Qué son los celos? me he preguntado siempre... y siempre me han respondido los gorriones de la misma manera: "los celos son la envidia de los buitres humanos". ¿Buitres humanos? Más allá de tu mundo sólo hay buitres pero no humanos sino moribundos personajes que se colocan junto a las tapias de los cementerios para ver pasar el cortejo fúnebre de la Muerte por culpa de su Maldad. ¡No! ¡Un mundo llamado tú nunca es Muerte!.
 
Los cipreses alargan siempre sus sombras para atrapar a los fantasmas de las conciencias negras. No. No es cuestión de perderse entre las ramas de los arbustos; sino de vivir a plena luz del día lo que de noche nadie descubre. Un mundo llamado tú es el descanso infinito de mis ideas; allí donde reposan frases como "te amo igual que ayer e igual que mañana" o "soy sólo un personaje nacido de las imágenes del Sueño pero tan real como las olas del mar en donde bañas tu cuerpo trigueño".
 
Un mundo llamado tú es la llama que me hace arder de fantasías pero lejos de las vanidades de este mundo oscuro donde no existe más que una figuración inexacta de lo que es amar. ¡Sí! ¡Amar con toda el alma apostada al cero más absoluto de la feria de las vanidades! ¿Y para qué necesitamos nosotros los números absolutos de la feria de las vanidades si sólo son ceros elevados a la enésima potencia? Un mundo llamado tú nada sabe de ciencias exactas; somos tal cual somos y nada más. Mi bondad es un soñarte aún más profundo que ayer y mañana será más profundo todavía; para que los relojes nunca nos despierten de este Sueño; de este Sueño que está creado sólo por las manos sencillas de un poeta. Bondades y maldades. Esa es la gran diferencia entre quien canta y escribe páginas doradas sobre blanco virginal y quien grita y ensucia páginas oscuras sobre negro mortal. Somos buenos o somos malos según hagamos práctica nuestra manera de ser. La suerte de la bondad es que mira al cielo y ve la luz. Y nuestra única desgracia es la virtud de no mirar al suelo para ver la oscuridad. Si eso es nuestra desgracia es que somos buenos de verdad.
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Filosofía

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