¡Islas Canarias, Islas Canarias! (Diario)
Publicado en Jul 27, 2016
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Una de las aventuras más "sui géneris" de mi época solteril me sucedió en las Navidades de 1983 después de Jesucristo. Ya andaba yo, durante algún tiempo indeterminado que se queda en el baúl de los recuerdos, pensando en cómo poder llegar a las Islas Afortunadas por ver si también yo era afortunado con las chavalas guapísimas al igual que me estaba sucediendo en la Penínusula Ibérica. Lo primero que tenía que investigar era ¿cómo había podido conquistar Béthencourt a las canarias? Así que eché mano de documentos oficiales y me enteré con toda clase de detalles personales.
 
Jehan, Jhean o Jean IV de Béthencourt, a menudo castellanizado como Juan IV de Bethencourt -y otras formas del apellido como Betancort por ejemplo-, fue un noble militar, navegante, explorador, comerciante y pirata francés nacido y fallecido en Grainville-la-Teinturière, Normandía (1362-1425), que dio inicio a la llamada "conquista señorial" de las islas Canaria -para distinguirla de la "conquista realenga" emprendido por los Reyes Católicos-, logrando tomar Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro, y llegando a obtener el título de "Señor de las Islas de Canarias". El relato de su expedición de conquista se recoge en la crónica "Le Canarien" ("El Canario"). Me prometí que si este franchute había logrado llegar a ser Señor yo no iba a ir a su zaga sino que además de lograr ser también Señor yo estaba dispuesto a superarle hasta llegar a ser Grande de España. Pero no era suficiente esta documentación así que me dediqué a profundizar en el tema con Antonio. ¡Y aquí sí que encontré un verdadero arsenal de datos para poder conquistar a las canarias con el mínimo esfuerzo posible!
 
Antonio Betancort Barrera (nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 13 de marzo de 1937) había sido un futbolista español que jugó en la posición de portero y debutó en la Unión Deportiva Las Palmas (equipo que tanto me hacía recordar a mis tiempos de líder en el Esparta de San Isidro de Madrid por vestir también con camiseta amarilla y pantalón azul). De origen lanzaroteño, Betancort destacó en el fútbol regional de Gran Canaria incorporándose al Unión Atlético, filial de la Unión Deportiva Las Palmas. Su debut en el primer equipo, de la mano de Satur Grech tuvo lugar en el estadio de Sarriá, en Barcelona, frente al Español un 3 de febrero de 1957, donde consiguió un empate a dos. En sus primeras temporadas, estuvo relegado a ser el portero suplente, pues tenía al gran cancerbero Pepín, que le cerraba el paso a su titularidad. Tuvo que esperar al traspaso del gran guardameta Pepín al Real Betis Balompié, para conseguir ser titular del representativo canario en la temporada 60-61 en Segunda División. Su seguridad bajo el marco y la buena campaña realizada, además de las necesidades económicas del club canario, hicieron que fuera traspasado al Real Madrid en 1961. Es en el equipo blanco donde obtiene los mayores logros de su carrera deportiva. La primera temporada con el Real Madrid la pasó casi sin jugar partidos oficiales, ya que aparte de su juventud, tenía grandes guardametas internacionales como el argentino Rogelio Domínguez o José Vicente Train, que le cerraban el paso. Por ello no le importó ser cedido al Deportivo de La Coruña y esperar su oportunidad en el entonces pentacampeón de Europa y Campeón Intercontinental. Regresa al Real Madrid en la temporada 63-64, jugando tan sólo un partido de Liga. En la temporada siguiente da el salto para defender el marco madridista, desplazando al portero internacional vasco Araquistain del puesto de titular. En esta temporada se alinea en 24 partidos de Liga, 4 de Copa y 5 de Copa de Europa, competición en la que debuta el 23 de septiembre de 1964 frente al equipo Odense danés. Sus sobrias características bajo el marco iban acompañadas de una gran seguridad y grandes reflejos, cualidades que su entrenador, entonces, Miguel Muñoz, valoró para mantenerle como titular en las temporadas siguientes. En la temporada 65-66 se proclama con el llamado equipo ye-yé de los Amancio Amaro, Velázquez, Ramón Grosso, De Felipe, Sanchís, Paco Gento,... Campeón de Europa, teniendo la mala suerte de no poder participar en la final frente al Partizan de Belgrado al haberse lesionado en un épico partido de semifinales frente al Inter de Milán, en el que figuraban grandes estrellas como Luis Suárez, Peiró, Corso, Mazzola,... entrenado por Helenio Herrera. Jugó Betancort lesionado casi todo el partido, pues en aquellos años no se podía cambiar ni tan siquiera el portero en la Copa de Europa. A pesar de ello mantuvo su marco a cero y la victoria madridista sirvió para pasar a la final, que proporcionó el sexto título continental a los blancos. Con el Real Madrid consigue ganar 6 campeonatos de Liga, dos de ellas, 67-68 y 68-69, en enconadas disputas con la U.D. Las Palmas, ante quien Betancort siempre realizaba grandes actuaciones. Su brillante trayectoria le hicieron obtener el trofeo Zamora al portero menos goleado en la Liga en los años 65 y 67, siendo en éste batido únicamente 15 veces, lo que significa un récord en la historia de la liga española, dato que comparte con el portero del Barcelona, Pesudo, que obtuvo el mismo promedio en 1966.
Betancort también formó parte de la Selección de España en dos ocasiones, aunque estuvo seleccionado en muchas más, pero también en la selección le pasó lo mismo que en la U.D., pues tenía como titular a uno de los mejores porteros españoles de todos los tiempos: José Angel Iríbar. Sus dos actuaciones internacionales fueron frente a Eire en partidos clasificatorios para el Mundial de 1966 celebrado en Inglaterra. Su debut fue en Sevilla el 27 de octubre de 1965 con triunfo hispano por 4-1. Volvió a jugar en el partido de desempate frente a los irlandeses en el Parque de los Príncipes de París, donde con el triunfo por 1-0, España pasaba a la fase final mundialista a la que acudió entre los 22 convocados por José Villalonga a dicho Mundial, pero no tuvo la suerte de actuar. Permaneció en el Real Madrid hasta la temporada 70-71, donde otros porteros más jóvenes como Junquera o García Remón le relegaron a la suplencia, a pesar de mantener sus grandes actitudes. Dejó Betancort en España el recuerdo de partidos memorables, tanto en las competiciones españolas como en las europeas, donde actuó en más de 20 partidos, algunos de ellos de grato recuerdo por ser frente a rivales como: Inter, Milan, Benfica, Manchester United, Rapid de Viena, etc. En su estancia en Madrid, coincidió en sus primeras temporadas con otra leyenda amarilla: Rafael Batista, Felo, con quien ya había jugado como amarillo y con el que también llegó a alinearse en partidos de la Copa de Europa. En la temporada 1971-72 se incorpora de nuevo a la U.D. Las Palmas, donde aporta seguridad y veteranía en la meta y cubre el vacío que habían dejado los porteros vascos Oregui y Ulacia. Permanece dos temporadas hasta su retirada en 1973, jugando su último partido frente al Athletic Club en San Mamés el 25 de febrero de 1973. No terminó este encuentro por lesión y fue sustituido por Cervantes. Su compañero de selección Iríbar y el público bilbaíno le tributaron una calurosa ovación como despedida. Con la U.D. Las Palmas jugó 69 partidos de Liga, 8 de Copa y 2 de Copa de la UEFA en las dos etapas en que figuró en sus filas. Abandonado el fútbol activo se incorporó al cuadro técnico de los amarillos como hombre de confianza de distintas directivas y entrenadores en misiones importantes como observador de jugadores y de equipos rivales. Fue responsable de fichajes en los años setenta y ochenta, donde también estuvo como delegado de campo.
 
¡Todos estos datos sí que me sirvieron para desarrollar a tope mis grandes cualidades imaginativas e ideé un plan perfecto! Aprovechando que Moreno era tonto del todo, además de "sospechoso" en cuanto a mujeres se trataba, me fui con él de compañero no porque me hiciera ninguna clase de gracia sino pensando en que yo aprovecharía la poca gracia que tenía este tal Moreno para que me sirviera de catapulta a la hora de entablar contacto con las canarias que se pusiesen en mi camino y así ligar con suma facilidad aprovechando que Moreno no se comía ni una rosca con el elemento femenino; lo cual era la causa de que estuviera catalogado como "sospechoso" teniendo en cuenta que tocaba los pechos y los traseros de quienes se acercaban a él en señal de amistad. Pero yo no era amigo de Moreno y tuvo mucho cuidado de no intentarlo porque sabía que yo le iba a responder dándole un par de hostias. Mientras estuviese haciendo "sus labores" a mí me interesaba que "abriera el fuego" para quitárselas con suma facilidad.
 
Mientras que Moreno era un verdadero "pardillo" yo ya había aprendido del todo la forma de actuar de Fernández cuando llegaban las Navidades en Madrid y memoricé la Isa: "¡Ay, Canarias! la tierra de mis amores, ramo de flores que brotan de la mar. Vergel. Ay, mi vergel de belleza sin par, son nuestras Islas Canarias, que hacen despierto soñar. Jardín. Bello jardín ideal siempre en flor, son las mujeres las rosas, luz del cielo y del amor. ¡Islas Canarias, Islas Canarias! ¡Islas Canarias, Islas Canarias! El corazón de los guanches, Islas Canarias, Islas Canarias, el murmullo de la brisa. El corazón de los guanches, ¡Islas Canarias, Islas Canarias! ¡Islas Canarias, Islas Canarias!, el murmullo de la brisa. Suspiran todos amantes, ¡Islas Canarias, Islas Canarias! ¡Islas Canarias, Islas Canarias!, por el amor de una Isa. Desde la cumbre bravía, Islas Canarias, Islas Canarias, hasta el mar que nos abraza. Desde la cumbre bravía, Islas Canarias, Islas Canarias, hasta el mar que nos abraza. No hay tierra como la mía, ¡Islas Canarias, Islas Canarias! ¡Islas Canarias, Islas Canarias!, ni raza como mi raza. Siete estrellas brillan en el mar, Benahoare, Hero y Tamarán, Tytherogakaet y Achinech, Maxorata y Gomera también. ¡Ay mis siete Islas Canarias!, con el pico Teide de guardián. Son siete hermosos corazones, que palpitan al mismo compás. ¡Mis siete Islas Canarias!".
 
Acobardado del todo por lo que se le avecinaba, Moreno se achantó por completo cuando comenzaron las primeras pruebas "de hombría" a la que nos sometieron los canarios. Y acobardado rechazó beber cualquier clase de copa de licor alegando que sólo bebía leche de la que todas las mañanas le pareparaba su "mamacita". Aquello sorprendió a todos los canarios que comenzaron a decir que al tal Moreno, a pesar de su edad, le faltaba mcuhísimo para ser un verdadero hombre mientras que yo les acompañé durante todas las fiestas bebiendo lo que hubiera que beber y tomando, con gran gusto, puñados de gofio que a Moreno se le atragantaban en la nuez mientras lloriqueaba en medio del jolgorio general: ¡Vámonos, Pepe, vámonos de aquí! ¡Yo me regreso ahora mismo a mi casa con mi "mamacita"! Yo le contesté completamente sereno: ¡De eso nada! ¡Yo no me voy a mitad de la fiesta! ¡Si quieres irte a tu casa con tu "mamacita", que es donde debías estar ahora en lugar de jugar a ser lo que no eres, te vas tú solo porque yo me lo estoy pasando pipa del todo!. Cada vez más asustado y acobardado, Moreno sólo probó un poco de "Seven Up" (gaseosa nada más) mientras yo me harté de "Baileys"; y mientras él perdía punto tras punto de manera galopante yo ganaba cada vez más puntos y más puntos entre las bellas canarias.
 
Sería largo de contar aquel aplastante triunfo que obtuve, entre las guapísimas de Fuerteventura, sobre el "sospechoso" Moreno que ya había fracasado rotundamente con las madrileñas y con las mexicanas. Así que sólo diré que, como había aprendido con la Isa, al menos siete canarias cayeron en mi "tela de araña". Pero mi mejor conquista fue una "mora" (lo digo porque era morena) que se la birlé a Moreno delante de sus mismas narices cuando él y su familia decían de ella que era prostituta sin que la chica lo fuera. Poco después hasta mi gran amigo Andrés, que no paraba de descojonarse de risa, sacó su propia tajada con otra canaria delante de las narices del cada vez más "sospechoso" Moreno. Y puestos a cada uno en su lugar todavía los canarios y las canarias recordarán tan grande y fastuosa aventura. 
 
Nota Aclaratoria: ¡Esto para que, cuando vuelvas a querer burlarte de mi amiga Amparo, te lo pienses dos vece antes de hacerlo, fachorro franquista que no eres más que un fachorro franquista desmuelado casi analfabeto del todo y estás más loco que el dios Júpiter vestido de lagarterana y, además, esquirol! 
  
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