Cada vez,
Eres menos ¡tu! 
Cada vez ... mas ... aquello,
Cada vez,
Menos ... eso.
Cada vez, eres la cordura inherente...
Y te acercas al quicio exquisito,
De encumbrarte entre el presente...
Que dilata la locura.
Mientras los pasos siguen ausentes,
Y te entregas,
Sin premura.

Cada vez, se recrean tus pensamientos,
Y se plasman,
En un lienzo de cobre.
El color es dual,
Mi alma doble.
Pero entre los cinco sujetos,
Que se dividen en el azar... de las circunstancias...
Delimitan los objetos,
Por los cuales,
Me hallo en la templanza.

Las miradas son mas fuertes,
Las voces,
Prefieren otro tono.
Y mi tarde, en la ausencia no cree;
Si observa en la vereda, 
Mis enojos.
¿Donde, donde podré sostenerme? 
Si mis labios enturbian la razón;
Contemplando, diré que esta unción,
Es agua, río ...
Y mar,
Que no tiene vertiente.

Cada vez, eres menos ... nadie,
Cada vez eres el espejo,
Cada vez pierdes ...
El detalle.
Si escavando, la raíz exprime su savia,
¡Precipitando! 
La querencia que amas,
No detengas al dolor esclavo...
Que se ha levantado sobre tu espada.
Midiendo que no eres mas ... que el reflejo,
Que pierde,
Mientras se engaña; 
Y eres mas que los labios sueltos,
Que alguna vez ... profanaron la palabra.

Tu niñez surgió desde el agua mansa,
Y la turbia de los tratos ... tuvieron hambre y sed;
Pero no la sed del cuerpo, que no descansa...
Sino la sed de lealtad...
Aquella, que igualdad, 
Le ha faltado tanta.
Perderías todo, mas ... tu mundo no.
Perderías las cosechas, pero el trabajo no.
Perderías el oro, mas tu espacio no...
¡Perderías sin velas!... y en la oscuridad,
Supiste que el cielo no es arriba,
Y que las batallas, 
Jamas debieron de ser vencidas.

Tuve en mis sentimientos, 
Anclados y sin color...
Siete efluvios ... serenos, 
Que me herían el corazón.
Y dividiendo...
Entre las sombras, 
Los peldaños sin escalón;
Surgieron de la cima... 
Las olivas del bandoneòn.

Mil veces ajeno,
Mil veces cuesta arriba.
La olivas se han convertido en inciensos,
Y las notas, 
La copa que nos dice: ¡olvida!
Es cristalina, es de opalina,
Es de recuerdo y de herida...
Donde los años, el licor se ha evaporado.
La rosa de los rocíos, se encuentra dormida.
Mas el acuerdo, no esta en cuenta;
Y el cobro, 
Se perdió en la salida.

Cada vez eres menos ... ahora,
Cada vez eres ¡aun mas que siempre!
Cada vez ... nadie te detiene.
Ni el sonido de las barajas, que fortunas;
Ni el rincón de la peste.
¡Oye niño! 
No te alejes de la suerte,
Porque de mas se devuelven las desventuras.
¡Siéntate! 
Porque detrás de las luchas,
La tierra arde,
Y el alma no da permuta.
¡Porque de oro se han hecho los cobardes!
Y el oro se acaba,
Mas no la palabra, y la mente astuta.

Luis J. Cabrè!