LA SINFONÍA DE DIOS
Publicado en Apr 05, 2016
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LA SINFONÍA DE DIOS:

No hay duda de que Dios es el maestro de maestros, el mejor músico, el gran creador y armonizador del Universo. Dios es el aclamado director de la más grande Orquesta Filarmónica reunida: La Orquesta Filarmónica del Amor Eterno. También es el célebre compositor de la que es considerada como la mejor “sinfonía” de todos los tiempos: La Creación. Dicha obra está pensada y orquestada para una gran cantidad de instrumentos. A este respecto, se puede decir que los geniales Ludwig Van Beethoven y Gustav Mahler se quedaron cortos. Hay que destacar que la Sinfonía de Dios tiene una particularidad: entre los instrumentos con los que se interpreta no son los de viento-madera, ni los de viento-metal, ni los de cuerda, ni los de percusión los que tienen un papel importante o protagónico a lo largo de los movimientos de la obra. Son los instrumentos de “carne y hueso” quienes captan toda su atención, porque así lo ha querido Él, porque esos son sus instrumentos predilectos.

Indiscutiblemente, la Sinfonía de Dios está en modo mayor, se puede decir que está en la tonalidad de do mayor. Se puede hacer esta afirmación no solamente porque muchos hayamos visto y reconocido la armadura de clave que aparece en la partitura de la Creación divina, sino porque Dios es Amor, Alegría, Misericordia, Paz y no tiene alteraciones. Porque Dios es inmutable, fue, es y será el mismo a través de tiempo. Y sus leyes y principios son constantes a través del tiempo.  

La creatividad del Ser Supremo como compositor no tiene parangón. Y eso que ha habido grandes y notables compositores a través de la Historia. No olvide el lector que Bach, Händel, Mozart, Beethoven, Schubert, Liszt, entre otros, están en deuda con Él. Pero tomaré como ejemplo a uno de ellos, al genio de Bonn, el gran Ludwig Van Beethoven (1770-1827)
Según mi parecer, en la hermosa Sexta Sinfonía, también conocida como La Pastoral, Él quiso hacer de eso un gran canto a la Naturaleza. Beethoven quiso expresar su agradecimiento por tanta belleza, por tanta grandeza plasmada en la Naturaleza y me imagino que, quizás, quiso decir algo como esto en los pentagramas:
“Todopoderoso del Universo. Me siento feliz, encantado, cómodo, pleno, caminando por los bosques. Todos los árboles me hablan de ti, de tu amor, de tu sapiencia y  quieren revelarme, de algún modo, tus grandes misterios. ¡Cuánta gloria hay en uno de estos bosques! Me siento feliz entre los árboles, las ardillas, las diferentes criaturas que viven aquí. En este lugar se encuentra la paz que a los hombres les permite servirte”.

Ahora, en cuanto a los instrumentos preferidos de Dios, los de “carne y hueso”, se puede decir que están hechos a su imagen y semejanza. Y como Dios es Amor, ellos también deben reflejar, como espejos, esas cualidades de Amor, Bondad, Paz. Cuando sucede así, puede hablarse de consonancias, de armonía, de afinación, de compenetración entre el ejecutante y su instrumento, entre el director y los instrumentos de su orquesta. Puede entonces hablarse de verdadera y hermosa música. Pero no siempre sucede así.

El mundo de hoy es como una gran sala de conciertos donde continuamente se tocan “sinfonías” que suenan muy mal, que pretenden ser “vanguardistas”, “modernas” y decir que la Sinfonía de Dios, es decir, su obra máxima, La Creación y sus principios y leyes, está en desuso o “anticuada”.Cuando hablo de esas sinfonías del mundo, me refiero a un mundo que está de espaldas a Dios.
Y cuando el instrumento de “carne y hueso” no refleja esas cualidades de Amor, de Bondad, de Paz, puede entonces hablarse de disonancias, de falta de armonía, de falta de afinación, de falta de compenetración entre el ejecutante y su instrumento, entre el director y los instrumentos de su orquesta.
Cada instrumento de “carne y hueso” en el mundo de hoy puede tener cierto grado de desafinación o afinación, dependiendo, pero Dios, en su amor, lo que quiere es sacar bellas notas, bellos pasajes, en una obra que es su Sinfonía y que tiene seis movimientos a mi parecer, sí, fuera de lo común de los cuatro movimientos de una sinfonía clásica, porque Dios hizo su obra en seis días y en el séptimo descansó. Me imagino que, en el séptimo día, se sentó cómodamente en su butaca y descansó de toda su obra realizada y a Dios le pareció hermosa su obra, La Gran “Sinfonía”, La “Sinfonía” de Dios, la Creación.
 

LA SINFONIA DE DIOS -
CC by-nc-nd 4.0 -
Ibrahim Fajardo Muñoz
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Foto del autor Ibrahim Fajardo
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Miembro desde: Jan 10, 2016
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Descripción

Escrito donde trato de hacer una comparación entre lo que considero la sinfonía de Dios, perfecta, que es su Creación, y lo que es la sinfonía del mundo, las cosas del mundo que a veces anda descarriado, donde quise incorporar conceptos relativos a la música y trato de hablar de una de las cosas que me apasiona... la música. Fecha: de octubre de 2010, revisado en 2016.

Palabras Clave: Dios música sostenidos bemoles armonía creación

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos


Creditos: Ibrahim Fajardo

Derechos de Autor: Ibrahim Fajardo


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