DÍAS FELICES
Publicado en Mar 17, 2016
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DÍAS FELICES

   Un día notablemente feliz en mi vida será cuando plante un árbol. Porque me sentiré en armonía con la Naturaleza y me reivindicaré, de algún modo, con ella. Quiero que me disculpe si, en alguna ocasión, he profanado su templo, destruido sus columnas. Que me disculpe si alguna vez la he ofendido, la he herido. Que me perdone si he causado “cráteres” a sus mejillas. Que me dé su perdón, si le he hecho derramar lágrimas saladas y amargas en días de copiosa lluvia. Y si mi actitud ha sido, a menudo, indiferente para con ella, pues entonces me arrepiento, me arrepiento de corazón y no de mente.

   Otro día notablemente feliz en mi vida será cuando haga algo por alguien. Cuando ayude a restaurar las piezas de un templo en ruinas, de esos que andan deambulando por líneas rectas de asfalto. Cuando no dé algo simplemente porque me sobra, sino que me haya quitado algo de mí para dárselo a otro. Cuando no espere recompensa, aplausos o fanfarrias por hacer algo a alguien, también será un día de felicidad, como para no olvidar. 

   Otro día feliz en mi vida será cuando me ponga en el lugar del otro, "en los zapatos del otro", cuando practique la “empatía”. Cuando logre la amplitud de ir más allá de mi propio punto de vista, que siempre es limitado, finito, que siempre necesita de la pluralidad.

   Otro día de felicidad será cuando escriba algo que se parezca, aunque sea un poco, a la Oda a la Alegría que plasmó Schiller. ¡Ojalá pudiera! Cuando cante el Himno de la alegría de Beethoven y no olvide sus estrofas. Y mucho más, más feliz, si lo interpreto tocándolo con varios instrumentos y en todas las escalas mayores conocidas.

   Creo que un día triste en mi existencia no tiene que ser necesariamente cuando vea que las cosas no me salen como esperaba, tendré que pensar que no convenía tal o cual manera, tal o cual escenario, tal o cual plan. Tendré que tener un poco de eso que llaman paciencia. Pero resulta que la paciencia no es algo que se venda en una farmacia de turno.

   Creo que un día triste en mi existencia no tiene que ser precisamente cuando un sacerdote esté concluyendo el acto de mi despedida de este mundo con las palabras ya conocidas de antemano: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, o como decían antes, en latín: “in nomine patri, et filii et spiritu sancti”.

Sólo espero una cosa en esta vida: cada vez recortar más las distancias entre lo que pienso, lo que digo, y lo que hago, entre lo que concibe mi mente y lo que hacen mis manos, entre las ideas, los dichos y los hechos. Si hay un punto neurálgico en todo esto, es precisamente éste. El día más feliz de mi vida será también... cuando tenga un hijo, porque será la prolongación o extensión de mi ser, y cuando haya más alabanza, más fe, más amor, más caridad, más esperanza, más gratitud, más cánticos, más congruencia entre la mente y el cuerpo, entre los pensamientos, los dichos y las acciones.
 
DÍAS FELICESII -
CC by-nc-nd 4.0 -
Ibrahim Fajardo Muñoz
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Foto del autor Ibrahim Fajardo
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Descripción

Un breve escrito sobre lo que considero que podrían ser mis días felices. De diciembre de 2012. Y revisado en marzo de 2016.

Palabras Clave: ensayo dias felices Beethoven Schiller

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos


Creditos: Ibrahim Fajardo

Derechos de Autor: Ibrahim Fajardo


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