Tanto en el fútbol de once como en el fútbol sala, si eres ese líder centrocampista que crea continuamente jugadas; si eres un futbolista capaz de saber atacar con éxito y saber defender con el mismo éxito; si también eres capaz de ser un gran portero; y si además tienes la capacidad innata de marcar un número muy alto de goles (el 90 % de las veces que tiras a puerta) eres lo que se llama un máximo goleador en el equipo en donde estés jugando. 
 
¿Cómo se consigue ser un máximo goleador además de hacer la labor de líder y motor del equipo donde juegas? Hay que tener ciertos talentos como saber situarte en el campo según se estén desarrollando las jugadas; como tener capacidad innata para ver los espacios libres o, en muchos casos, crear espacios libres donde en principio parece que  no existen; como saber seguir las jugadas de los compañeros para estar preparado a la hora de recibir el balón; como tener el fondo físico suficiente para no agotarte jamás durante todo el partido (sea cual sea el tiempo que dure dicho partido); y como no solamente marcar una alto número de goles (90 % de las veces que tiras a puerta) sino sumar a eso la mitad de los goles que han marcado tus compañeros gracias a ti.
 
Si a la muy alta cantidad de goles que has marcado le sumas la muy altísima cantidad de la mitad de los goles que has regalado a tus compañeros, es que eres un máximo goleador en los equipos donde has jugado o dónde estés todavía jugando. Algunos lo llaman tener instinto goleador, otros dicen que te has convertido en un depredador de las áreas, pero yo lo llamo, simplemente, ser inteligente; porque eso ha ocurrido conmigo... de tal manera que desconozco el número total de los goles que he marcado (el 90 % de las veces que tiro a puerta) y el número total de los goles que he regalado a mis compañeros, la mitad de los cuales pueden incluírse en el total de los goles que he marcado porque cada gol servido a un compañero es un medio gol que te pertenece... Por eso yo lo llamo inteligencia.