Tengo una espina en el pecho
que nunca me deja dormir,
tengo un secreto guardado,
un oscuro pasado
que celan los jueces del Fin.
Tengo un Amor que atesoro
y retazos brillantes
de sedas de soles de Abril.
Llevo las gotas de lluvia 
que sueltan los ojos hechos
de marfil,
llevo las cuerdas que cortan
gargantas, los nudos que
saben herir,
llevo por capa los lomos
de libros que nadie se
digna en abrir.

Cargo en la espalda los siglos
y los cantos finos de
toda mujer,
sufro como la hojarasca
cuando cae del árbol para
perecer.
Llevo en el ser Felicidad,
y Verdad,
y beldad.
Visto con los argumentos
de toda la antigüedad.
Lloro cuando me embeleso,
al diablo con la tal
frugalidad.
Soy el preciso momento
que brilla en los ojos de Amor,
soy lo que dictan tus sueños
y los grandes reencuentros,
soy todo lo que quiere Dios.
Duermo en algunos rincones,
acelero relojes,
devoro los rayos del Sol.
Soy puro apasionamiento
que vibra en las cuerdas del
corazón,
soy los colores que pintan
reflejos del agua de
la claridad.
Vivo donde siempre habita
la buena poesía, la
tranquilidad,
soy yo quien te resucita
con el beso helado de
la realidad.
Cargo en la espalda los siglos
y los cantos finos de
toda mujer,
sufro como la hojarasca
cuando cae del árbol para
perecer.
Llevo en el "soy" Felicidad,
y Verdad
y beldad.
Al diablo lo de la tal
frugalidad.