Llegan mis dudas timoratas
y aparecen presagios en las paginas.
Mi alma trata hoy de esclarecerse
e intento darle algo más de vida al manuscrito.
Pero la tinta evade a mi pluma
y las sombras desatan su trasiego.
La rabia me toma por asalto:
Trae sus espadas incendiarias.
Mente y corazón son mescolanza
y el deseo va doblegando al cuerpo.
Pienso en tu cuerpo ornamentado
de algas y rubíes asesinos.
Trato de enmendar lo irreparable
y escribir una estrofa aunque sea.
Pero te interpones en el trayecto
que va desde mi idea a mi mano.
Pienso que no estás aquí y te haces más real.
Te veo sobre géiseres celestes
abrazada a limbos de fuego:
Eres el amor a los cuarenta años:
El amor sincero, justo y perdurable.
Dejo mi mano descansar entre papiros
y paseo entre tus formas transportadas:
Sabes que amo el arco transparente de tus pies
y tus pechos de gramínea selecta.
Amo tu inestabilidad ante los temblores
y los besos sísmicos que dejas en mi boca.
Amo tu sinuosa cintura de niebla,
tus botas monacales y tus cuentos largos.
Amo tu boca cuando la cierras o la abres
y la materia primaria que te cubre de vida
y tus manos, que han de llenar mis oquedades
de dichas, sonrisas, bromas y parabienes.