Antonio Pérez Sánchez (1918-2012) fue en empresario juguetero español, fundador de Industrias Geyper. Crea la marca Geyper en 1945. Durante más de tres décadas, su industria juguetera fue una de las más importantes de España. Su actividad empresarial comenzó a despuntar a mediados de la década de 1950, con la salida al mercado de un "walkie talkie" con la estética de "Flash Gordon", aprovechando el éxito del serial "Diego Valor". Avanzada la década de 1950, ideó juegos de construcciones (Cadako), y los conocidos como "Juegos Reunidos Geyper" que se vendían en cajas de cartón de 10, 12, 20 ó 25 juegos. Juegos de mesa, que incorporaban, en una única caja los pasatiempos más conocidos como parchís, la oca, damas, ruleta.. y mi querido y admirado ketekojo de inolvidable recuerdo porque con él inventé un apasionante juego de ciclismo en pista gracias a los peones. 
 
Como en casa no había para el Cheminova de los niños pudientes y pijos de los mejores colegios privados (léase Serrano y calles adyacentes) en mi casa tuvimos con conformarnos con que un día nuestros Padres Magos nos trajeron una caja de Geyper de 10 juegos. Aquello, como suponía jugar democráticamente, no le hizo ninguna gracia al Emilín (que nunca se reunía con la familia para jugar nada más que en el caso de las chapas para hacer trampas y mostrarse despótico) y nunca jugaba con el Boni, el Maxi y yo. Su puesto lo ocupaba, alegre y contenta, la abuelita Rufina que se pasaba tardes enteras jugando con nosotros tres al parchís. La victoria suponía ganarse 5 céntimos pero cuando ella iba perdiendo se molestaba, abría la ventana del comedor y arrojaba los 5 céntimos "echando leches" (como decía ella) a la calle Alcalde Sáinz de Baranda, de Madrid. Pero volvamos al Emilín.
 
Ya he dicho que nunca jamás jugaba, dentro de la casa familiar, con los tres pequeños a no ser que fuese a los "indios y americanos" (donde se mostraba tan despótico y tirano como siempre) o a las chapas (donde ya todos sabíamos que a lo despótico y a lo tirano le sumaba también las trampas. Pero llegó un año de mediados de los 60 en que en casa pudimos tener la caja de 25 Juegos Reunidos Geyper. Aquello ya no lo pudo soportar el Emilín quien sabiendo que ya no iba a ganar la Copa Fiocchi de fútbol-chapas (la única que jugábamos todos de manera democrática y sin trampa alguna) y alegando que se había cabreado mucho el día que los tres pequeños pisamos y rompimos las señales de tráfico de plástico )que  no sé yo que leches (como decía mi abuelita Rufina) pintaban en la ruta de las chapas del ciclismo, pero los tres pequeños d¡nos descojonamos de risa y él se alejó definitivamente de nuestros juegos. Uan vez liberados no sólo gozamos el Boni, el Maxi y yo de una enorme democracia para jugar conn las chapas sino que además, inventabamos siempre nuevos juegos (hasta pesca submarina llegamos a llevar a cabo dentro de nuestra habitaciñon) y, además, un día se nos ocurrió organizar La Olimpiada Geyper con aquella caja de 25 Juegos Reunidos.
 
Aquella época (mediados de los 60 del siglo XX) fue dichosa para el Boni, el Maxi y yo, porque nos habíamos liberado del yugo opresor del Emilín. Así que comenzó la Olimpiada Geyper. El primer juego lo gané yo. El segundo juego lo gané yo. El tercer juego lo gané yo. El cuarto juego lo gané yo. El quinto juego lo gané yo. Y, de pronto, el Boni y el Maxi cogieron "un globo monumental" (de paso he de decir que también jugábamos al fútbol con globos de El Corte Inglés) porque veían que la Olimpiada Geyper seguía hacia adelante y no conseguían ganar ninguno de sus 25 juegos; así que decidieron abandonar y nos dedicamos al Esparta de San Isidro, al Gabelistas de Extremadura, al Estrella Olímpica y al Deportivo Olímpico del Trofeo Juvenil As (todos los equipos de fútbol donde los tres llegamos a triunfar enormemente como furtbolistas juveniles). Pero para el recuerdo y la historia familiar quedó aquella memorable hazaña mía de haber conquistado el triunfo en todos los juegos que celebramos de la Olimpiada Geyper en casa. No sé si Dios me ayudó o no me ayudó pero esto fue verdad. Y también es verdad que yo soy el inventor del juego "Zerdeja" y estoy empezando a pensar en dirigirme a una empresa juguetera para negociar mis Derechos de Propiedad Industrial y lanzarlos al mercado nacional e internacional. Quizás la Olimpiada Geyper tuvo que ver mucho con esto de la "Zerdeja", de los "Mágicos Solitarios" y de otros juegos que tengo en mente como los "Dados Milagrosos" (por ejemplo).