DE CMO SE CAS YSSER CON ZIYD HIJA DEL REY
Publicado en Jul 20, 2015
Prev
Next
Voy a comenzar la historia del joven Yâsser:
Hubo por aquel tiempo un rey en tierras de Persia que se llamaba Ubayd. Las gentes del país lo amaban, pues era un valiente guerrero, bondadoso, sabio buen hacedor de justicia. Tenía doce mujeres con las que se acostaba todos los días, hasta que un día cansado de lo que acontecía decide salir a las afueras de Sardes cruzando desiertos buscando aventura. Acudió el rey a la entrada del pueblo y se encontró a un joven postrado con prendas raídas que le pidió humilde bebida y comida:
      —Gran señor, brindadme de su guaje y comida que abatido y vacío me encuentro por la triste vida que me atormenta en estos momentos.
      Respondió el Rey:
       —La paz sea contigo, Yâsser. Levanta y siéntate a mi lado, no temas pues has hallado favor ante mí. Anda come y bebe mientras os cuento a inquietud que hoy mi corazón atormenta, mi nombre es Ubayd, rey de Arsía al este de Melam. He vivido entre riqueza y alegría, tengo esposas e hijas pero nunca he tenido yo tristeza alguna y por ellos estoy aquí para sentir perdida de mis bienes. Pero decidme, cual es la pena que entristece tu vida que yo sabré ayudarte.
      Yâssir replicó:
        —Gran señor Ubayd, no merezco vuestro consuelo, gratitud por el porvenir que ha brindado su llegada y su inquietud. Si no es de su desagrado y si me permite contarlo, os diré lo que me acontece mal me hace. Soy Yasser, hijo de Gesûr y Yaleem, cuyo oficio de mercader me han enseñado, la muerte entró en nuestra casa, salí por lo pedido al salir el sol de hace dos mañanas y al regresar, vi muertos a mis padres y nuestra casa vacía. Habían matado y robado en nuestra casa, yo por no tener familia ni poseer mercancía, me vi en la calle consciente los días y las noches mi esperada muerte. De no haber pasado gran rey, hoy mismo la vida hubiera quitado.
Al escuchar el rey las palabras de aquel hombre mendigo, comprendió que no era necesaría la tristeza en el pues la buena voluntad le ha acompañado hasta ese momento, replicóle perdón a dios y decidió ayudar a aquel joven hombre.
        — ¡Oh Yâsser, grande es la pena que te entristece! ¡Más valiera no haber venido al mundo a vivir lo que os padece! Pero no os doléis más, que en mi reino yo sabrá ser justo y he de darte mercancía para que vuelvas a tener negocio y comercio prospero.
Aquel mendigo cuya historia habría de ser inventada, pues conocido en Sardes por bebedor y ladrón Yâsser era conocido. Este alegre de la bondad del rey sonriente sin reparo levantóse su temple y continuamente agradecía con su mirada baja.
            — ¡Que hombre más justo y honesto es usted! ¡Rey Ubayd, la paz y mi gratitud estén contigo! 
          —No os humilléis y venid conmigo, partamos pronto a Arsia mi ciudad, que mis vasallos, mis mujeres y mis hijas afligidos han de estar.
El rey partió junto con Yâsser el mendigo a su reino y una vez allí este le brindo ropa, dinero y mercancía por haberle dado entendimiento. Yâsser no satisfecho con todo aquello, vio a la hija del rey y le pareció hermosa, decidió pedirle ayuda al rey para conocer y poseer aquella mujer.
           —Gran y justo rey Ubayd, si mi pregunta no le ofende y mi intención no le molesta, quisiera saber el nombre de aquella hermosa mujer y saber si es esposa de usted, para pedirle me ayude a quedarme con ella, pues nada más hermoso en mi ennegrecida vida yo he visto.
El rey al escuchar las palabras de Yâsser y creer en la historia que le había contado, decidió darle por mujer y esposa a su hija.
            —He de reconocer que persona más observadora no halla en la tierra, esa joven mujer a la que vez con amor y deseo es Ziyâd, mi hija. Que devota en las artes de la casa, justa y bondadosa será tu mujer porque yo el rey así lo decido y ordeno, pues ahora anda con mi consentimiento a tomarla por mujer.
Así pasaron los días y sus noches, el rey Ubayd mantuvo la paz en su ciudad y la gente del pueblo seguía fielmente lo que él decía. Hasta que una noche llegó Ziyâd acongojada y triste ante sus aposentos.
              — ¡Hija mía, que os sucede! Porque estáis aquí de noche y no con tu marido, que pena entristece vuestro corazón, contadme y no temas que yo seré justo y sensato con lo que me diréis.
              Ziyâd respondió:
               —Oh padre y justo rey, permíteme decirte lo que he vivido al estar lejos de tu reino. Tormentoso es conocer quien es en verdad Yâsser, no es el hombre humilde hijo de un mercader, resulto ser un joven mentiroso, bebedor y ladrón que no hace más que ofrecerme con otros hombres por vino. El dinero y la mercancía que amorosamente os regalasteis, un mes le duro pues todo vendió y nos dejó en miseria y yo que nada sé de sufrimiento, me vi en las calles de noche con un hombre que amaba más al vino. Estando perdido del vino, decidí escaparme de Arsia y venir tu reino para pedirte me dejes quedarme a tu lado y ayudarme a permanecer lejos de Yâsser, el esposo que tú me has encomendado.
                  A lo que Ubayd acongojado respondió:
                  —Hija mía, nunca hubiese creído lo que me has contado de Yâsser a no ser por tus palabras y tus lágrimas. ¡Qué ciego he sido! ¡Os he atormentado como nadie! ¿Acaso existe un rey más humillado y burlado que lo que he sido yo? ¡Grande mi dolor y arrepentimiento siento por el dolor en tu corazón! Pero no sufráis más y calma tu temple, que te quedarás en mi ciudad y nunca nadie os lastimará. Y mandad a buscar en toda ciudad al bebedor, mentiroso y mendigo Yâsser que su cabeza estará en la entrada de mi reino como advertencia de todo hombre que se atreva a burlar de nuevo a un rey.
Dicho esto, se mandó a matar a Yâsser pero nunca más se supo nada de él y al oír esto el rey sintió una gran tristeza en su corazón y pasados noventa días con sus noches, en rey decidió ser asesinado por sus vasallos. Pidiendo que esta historia se contase a todo rey y que sirva de instrucción para aquel que quiere ser justo, que no se valga de solo la palabra y se cumpla con sus hechos. 
Página 1 / 1
Foto del autor Emmanuel Carrillo
Textos Publicados: 87
Miembro desde: Nov 23, 2012
0 Comentarios 751 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

un imitatio de literatura del medio oriente del periodo califato omeya :)

Palabras Clave: Barlam y Josafat Calila Dimna Misle Sendebar

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy