No me importa el momento ni hora,
En que arranco de tu ser esa ropa,
Que enmascara esa pura belleza,
Escondida en sostén y bragas,
Le suplico a dios, no me dejes con ganas,
De acariciar su cuerpo y besarla,
Y torturarla,
En lo oscuro azotarla y agarrarla,
Hacer que grite mi nombre y explotarla.
 
Quiero besar y esculpir tu cuerpo,
Chupar con mis labios tu exquisita silueta,
Sentir el sabor de tus senos y cara,
Transformando esa mirada,
De llevarte al pecado, y volverte chiflada,
Dejar que mi lengua hable por sí sola,
Y te comunique lo deliciosa que estas, mientras te viola,
Regarte con mi saliva, como si fueras amapola,
Dejar mi semilla en esa húmeda y rica cosa.
 
Encender con sudor la piel, y encarnar el más diabólico placer,
Para saciar con sexo mi ser, y yo se que tu quieres también,
Satisfacer de tu interior esa sed, que te impulsa a hacer cochinadas en mí ser,
Lo tuyo y lo mío es un placer difícil de olvidarse,
Por la manera que usted tiene de menearse y entregarse,
Sé que lo goza y no quiere despegarse.