Mi prima
Publicado en Oct 26, 2014
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Mi prima
            El otro día vino mi prima  a verme por un problema que tenía, llegó muy  nerviosa dijo, ─tengo un bardo que no te lo imaginas, te lo cuento, pero necesito que    no se lo comentes  a nadie, pero  a nadie ¿me oíste? necesito que seas una tumba, prométeme  que no se lo vas a contar a nadie─. Rogaba mientras movía la mano apuntándome con el dedo ─¡He! mirá que me muero si alguien más se entera, por eso,  antes  quiero que  jures, no como esos juramentos que son falsos y hechos a la ligera, no, necesito que jures  por lo que más quieras, por tu mamá o mejor aún  por tus hijos... sí, hacelo por tus hijos-.
Bueno... vos sabes que yo detesto jurar, pero le prometí que guardaría con mi vida ese  secreto, bajo siete llaves, y que, para que se quede más tranquila arrojaría las llaves al fondo del abismo del olvido, desde donde, nunca jamás persona alguna podrá recuperar ese recuerdo, quedará perdido allí junto con otros tantos secretos olvidados que me fueron contados y de los cuales ya no tengo memoria, y que, para mí son como si nunca hubieran existido.
Si ya sé, no quedó muy convencida con lo que le dije, pero al final cedió y fue más fuerte su necesidad de contar lo que tanto le preocupaba, que su temor a que todos se enterarán.
Igual antes de comenzar a contarme volvió a rogarme y a suplicarme que no dijera una palabra a nadie,  de lo que iba a decirme y otra vez la misma ceremonia de la promesa, para que largara el rollo.
Ahora bien, yo te lo cuento a vos... Si ya sé, te estarás preguntando  ¿Y la promesa?  ¿Y las siete llaves?  ¿Y el abismo? Pensarás que no tengo palabra, pero vos sos mí amigo y me vas a entender. Lo que pasa, son dos cosas, primero…sé que en un par de meses todo va a quedar al descubierto, porque va ha ser imposible ocultarlo, con lo cual no tiene sentido guardar el secreto y en  segundo lugar, porque no puedo callar más éste secreto, y  bueno, si... si soy un poco chusma, que le voy hacer, por eso,  te pido que lo guardes sólo por un tiempo, por lo menos hasta que todo se sepa.
Bueno, si estás de acuerdo te lo cuento...bien…hay va.
Mi prima me dijo con cara angustiada. -­La semana que viene me caso con Juan Alberto-. Yo le dije, pero cuál es el problema si hace ocho años que estás de novio con él ya era hora que te casaras. Yo no alcanzo comprender la raíz del problema. Y si no lo  queres, no te casas y listo. -Eso es verdad-, me dijo, -pero yo lo quiero y me quiero casar con él, lo que pasó es que lo engañé con mi jefe y tuve relaciones sexuales con él-.
Juan Alberto ¿lo sabe? Le pregunte, me contestó que de esto no sabe nada, pero entonces ¡he! che, no es para tanto, le dije, una canita al aire  se la tira cualquiera, no es para estar así de  amargada, pensá un poco, fue sólo una despedida de soltera.
-No entendes  nada- me dijo, -no fue una vez, fueron ocho veces-, entonces le dije, menos mal que lo querías mucho a Juan Alberto.
Pero  bueno, la cosa ya está, y no es posible cambiar lo sucedido, y si a Juan Alberto, lo querés como bien decís  y  de esto  él no tiene ni la menor idea, para el caso es lo mismo  que el engaño  haya sido una vez o varias, te casas con Juan Alberto y cortas con tu jefe y se acabó el problema.
Fue entonces cuando me confesó, -Estoy embarazada-, me dijo -y el bebé no es de Juan Alberto, es de mi jefe´-.
No podía cree lo que escuchaba, pero... me dije, Si lo pienso  bien el problema no es tan grave. Vos fíjate. El novio no sabe que lo engañaron, por lo tanto no sabe que ella está embarazada. No sería la primera, ni última vez que alguien reconozca un hijo como propio cuando no lo es.
Entonces le dije a mi prima. No hay ningún problema. La semana que viene te casas con Juan Alberto, en un mes le confesas que estás embarazada y que él se haga cargo del bebé y listo, como va a nacer un tiempo antes le decimos que es un bebé prematuro, con eso resolvemos el problema de los nueve meses y en cuanto, al parecido buscamos algún abuelo o abuela, tía o tío que dé con las características del bebé. No va faltar alguno que diga se parece al tío  pepe, por nombrar alguno y se acabó el problema. (Recuerdo que una situación similar lo vi en una telenovela  colombiana)
 
Todo esto yo lo decía con aire de victoria  triunfal, mientras pensaba: No te equivocaste en venir a verme. Ahora tu problema está resuelto, parecía una situación más complicada y no lo era tanto.
Todo este discurso mi prima lo escuchó con  lo la mirada perdida,  cuando terminé  de sus ojos rojos  brotó una bronca escondida, y me dijo, mi jefe es oriental.
 
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Foto del autor gonza pedro miguel
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Descripción

relato

Palabras Clave: mi prima

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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