La gran cosecha
Publicado en Sep 14, 2014
La gran cosecha
…Hoy sigo descansando en la serenidad del lecho, cultivando el silencio en un rito privado, con mi alma de madera clavado en el paisaje. Mi recuerdo viejo , sedentario me recibe quejoso; recorriendo la geografía de mi pasado, me hace dueño de cada uno de mis instantes. PMG En el dolor de los años viejos, con la frente desteñida repaso mis adentros. Volver el almanaque atrás, poder ojearlos con la lentitud de los años… ¡Tanta luz que con los años se hace sombra!... A pesar de eso es mi mejor historia. Esas fotos sepias, solidarias a mi memoria sacando lagunas que se esconden en el olvido. Recuerdo la gloria de ser niño y la ingenuidad de no saberlo, a mi abuela con su madeja de lana y sus virtudes teologales, a mi viejo ceñudo por la abundancia de mis faltas, siempre él, invariablemente él, con la varita lista en el consejo, a mi abuelo en su taller de cicatrices y sus paños de consuelo. Yo siempre le lloraba a él con mi vocación de mendigo y él con su pródiga mano y su pecho amplio siempre, siempre ahí, cumpliendo mi caprichito. En esta biografía de la nostalgia, no me puedo olvidar de Ella, la espía de mi infancia, hasta ahora detrás de mis pasos, con su vistazo tutelar. Con mi vieja era, leer un libro y hacerlo de aventura. Pastoreaba mí infancia con los ecos de antiguos pregones, con su cielo de horizontes y su mar de expectativas. Entre las cosa que tomo y las que dejo, su mejor regalo, ese libro viejo, envase lírico, lleno de visiones de figuras heroicas en los lindes del sueño, donde pierdo mi infancia, siembro mi aliento, gano mis alas y creo mi fe.
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