Entonces te quedarás solo
releyendo los versos en que te llamo mío,
mis besos hechos llanto sentirás en la boca
y escucharas reteniendo las lágrimas
mi voz que te llama desde la sombra
mi cuerpo, ya sin alma 
vacío de esencia infinita
mi sueño definitivo...

me extrañarás durante un tiempo
me olvidarás para seguir viviendo
a veces para tu sorpresa
dialogarás conmigo repentinamente,
aunque yo ya no esté
como si yo estuviese,
mis cuencas vacías te seguirán de cerca
con la mirada triste del adiós eterno.
 Antes de que me olvides
en otros brazos y en otras bocas
que borren del todo nuestros besos,
concédeme el deseo, aún a precio de pagar con mi alma:
véndeme la limosna de un beso de tu boca,
antes de que me vuelva sombra.