No es fácil ser huevo a contra corrientes. El río es cascada en el abismo llamado vida. ¿Quién puede detener la corriente descrita por el cauce hacia el fin de la cascada? ¿Quién o qué podría decir que un huevo no se trizará en el más mínimo choque contra las rocas del lecho? o peor aún, ¿Quién podría asegurar que llegue intacto hacia el océano y eclosionar en un instante de gloria?
¿Es bendito el sufrimiento del ovo-recubrimiento del cual somos parte? ¿A qué viene un huevo si no se quebra? Es justo entonces que aquello suceda, es justo entonces nacer. El huevo no es frágil, frágil sería ser roca y de tanto contacto pulirse en virtud de la violenta erosión. No, no es frágil, frágil sería ser un golpe bien dado a quien nos ha golpeado en plenitud, un escupo en el cielo y recibir una lluvia de regreso.
Fortaleza, eso es. Fortaleza de existir y persistir al mínimo quiebre y no perder la esencia, cual bondad acepta el odio y logra perdonar. Así es un huevo a contra corrientes, que en lagos de densa salinidad puede flotar sin perder su beluga claridad. Así también es el alma, que por cierto de vaho cálido-frío no se jacta de su cambio estacional.
Fortaleza que pierde al contacto-contagio mezclado de ideas de sufrimiento y felicidad al momento de eclosionar. Un alma a contra corrientes, desde el espermatozoide que navega sendos océanos junto a otros miles, cual Ahab en el Pequod en busca del leviatán Moby Dick en el océano cálido uterino.
Allí donde la deidad ha depositado el complemento de la reproducción, dos semillas germinativas a contra corrientes, que al mínimo contacto, se quiebra, fecunda, moruliza y deja entrever lo que llamamos vida.
¿Es debilidad entonces ser bueno al amar al leviatán de nuestras vidas? ¿Es debilidad eclosionar en un río que describe el destino de un Jirafante? No, no lo es, sin duda es la acción de fortaleza más magna en un río turbulento.
*Extracto de un cuento hecho por mí.
**Me gustaría leer sus opiniones, podría publicar otros capítulos aquí.
***Gracias.
C.S Marfull