Conservo aquella boca púpura de vino añejo
también la fonética de tu expresar.
Mas he perdido al vuelo tu reflejo,
hoy he tenido sueños que quemar.

¿Por qué se duermen las estrellas del firmamento?
¿A qué se debe que hoy no te vea despertar?
No he visto tu salvaje cabello a barvolento,
más ellas tampoco han podido brillar.

Será quizas que volverás,
como vuelve la golondrina a anidar.
Será quizás que sí me querrás,
pero a tu manera, sin ver y sin amar.

Mantengo la sonrisa de la hora turbulenta
también la luz de un suave verso.
Me quedará del pan el hongo que fermenta
y todo lo oscuro que es el universo.

No he podido de mi corazón al obrero sacar
ni el fuerte sonido que da al impacto.
Que rompe los ventrículos de nacar,
y rompre tu tacto intacto en el acto.

Conservo aquella boca púrpura de vino añejo
también tu textura que hoy se lamenta.
He dejado hoy partir tu cara de niño viejo
y tus labios suaves sabor a menta.