Vivimos en un mundo hecho de realidades y posibilidades, con el cual creamos nuestra propia y única percepción de la realidad en si, como un mundo propio. Estamos sometidos a crear una y vivirla de distintos modos, pero hay algo que determina nuestra actitud y mente como una vía hacia una realidad llena de conceptos concretos que es el lenguaje.
Asociamos absolutamente todo lo que esta a nuestro alrededor con alguna palabra, hasta conceptos intangibles pero son una realidad concreta porque lo llevamos a esta con una palabra, lo que esta fuera de nuestro entendimiento adquiere un nombre también pero algo es, si hasta la nada misma, por ser llamada nada ya es algo. Así nacen categorías, jerarquías, acciones, adjetivos y miles de percepciones pero todas unidas por un lenguaje en común
Puede ser muy complicada toda la física, en relación a lo que el cerebro logra procesar y memorizar, y, un sinnúmero de explicaciones científicas, pero existe un hecho que no podemos negar, pensamos a través del lenguaje, formamos un esquema de memoria y pensamientos todos basados a lo que conocemos, todos esos datos están procesados en alguna palabra que define la acción que memorizamos, la asocia y la resume en algo concreto. Cuando no tienes palabras para expresar algo o imaginarlo, simplemente es una realidad nula que se pierde y la memoria no logra retenerla. Por eso, cuando tienes un vocabulario amplio y una buena técnica de lectura (decodificación, compresión, interpretación, etc) podemos armar esquemas mentales más complejos, y ese alboroto mental que puede llegar a molestar, se vuelve muy preciso y dinámico.
Podemos poner de ejemplo, a un perro; no distingue que función o qué es 'x' objeto, dentro de una casa común y corriente, acto siguiente su cerebro no es capaz de procesarlo, y ese objeto queda solo como un obstáculo en su camino, pasando a un tercer plano. En nuestro mundo, todo tiene un nombre, hasta lo más ínfimo e insignificante, pero es clasificado primero por un nombre después un adjetivo, una acción, y así es grabado en la mente. Entonces, estamos rodeados de posibilidades, según tenemos archivado que función cumple, que categoría, a qué corresponde y así ordenamos nuestro mundo para luego movilizarnos dentro de este.
También existe el ejemplo del indígena que no lograba divisar en las costas, cuando se aproximaban los barcos españoles, en su cerebro existía algún tipo de lenguaje nativo, y dentro de este no estaba asociado ese objeto como un barco y ocurrió que para ellos ese objeto simplemente no existió.
De esta forma, nuestro mundo, nuestra realidad, se extiende y limita según nuestro orden mental, a través de un lenguaje que da forma a nuestro día a día y nuestra forma de ver las distintas realidades en las que vivimos.

La pregunta es:
¿Qué fue primero, el pensamiento o el lenguaje?