El dolor de mi gente,
me arde en el alma
al mirar tantos niños
con cara de hambre,
con ojos abiertos
a un futuro incierto
niños sin esperanza,
sin futuro, al verlos
siento un gran dolor
en el corazón, al no tener
los medios para ayudarlos
para provocar en ellos
una sonrisa, al ver
sus harapos, su cara
tostada y curtida por el sol,
me invade un sentimiento
de honda piedad
que ironía el ver pasar
junto a ellos camionetas
del año, con niños
sonrientes, bien alimentados
mimados, asómandose
por las ventanillas
El dolor der mi gente,
me arde en el alma
al mirar al anciano,
tirado en la calle,
estirando la mano
pidiendo limosna o un pan,
corazones ingratos
que los dejan solos,
es muy infantil,
creer que el gobierno
se ocupe de ellos
si su sangre, sus hijos
no los aman y
para ellos son un estorbo