Diez meses ( 35,36 )
Publicado en Mar 17, 2014
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Lo primero que encontró Alicia al romper el precinto de la caja fue una colección de cuentos inacabada. No conservaba muchas cosas de su infancia, pero aquellos libros le habían abierto las puertas de un mundo fascinante capaz de hacerla reír, pensar, emocionarse y soñar cuando la realidad se hacía insoportable. Los dejó a un lado en el suelo.
Sacó más libros de la caja. Algunos la sorprendían felizmente, en otros no se reconocía. El libro que le interesaba pertenecía a los segundos. No lo había comprado por iniciativa propia. Era una de las muchas lecturas impuestas en su época de estudiante. En aquel tiempo lo leyó con urgencia, asignando un determinado número de páginas a cada día. En esta ocasión le daría un trato más digno.
Abrió el libro por la página en la que se detallaban los personajes y los repartió, mentalmente, entre Paula y ella. Devolvió al interior de la caja los libros que pensaba conservar, antes de vaciar la segunda.
El joyero de su madre y una fotografía en la que Marta y ella sonreían con cara de frío en el parque, encontraron sitio en su habitación. Despegó de un álbum de fotografías una de la familia al completo. Tendría que comprar un marco en tonos claros que no desentonara en el salón.
 Con alguna excepción, regalos y adornos fueron al fondo de una bolsa negra. Se trataba de organizar el pasado, no de recrearlo, se repitió, antes de hacer frente a una nueva caja.
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Alicia seguía con una sonrisa las evoluciones del pequeño que, en un intento por no perder altura, agitaba enérgicamente las piernas tratando de imitar los efectivos movimientos que a su lado elevaban a su hermana muy por encima de él.
–Laura ha crecido mucho desde la última vez que la vi – dijo Alicia.
–No le ha quedado más remedio.
La respuesta de Susana sorprendió a Alicia que, con su comentario, sólo pretendía hacer alusión a la estatura de Laura. Las palabras de Susana dejaban entrever que su estado estaba afectando, de un modo u otro, a todos los miembros de la familia. Ya durante su visita al hospital se hizo evidente el desasosiego que le producía hablar de este asunto. El sentimiento de culpabilidad que le confesó entonces podría haber ido a más si pensaba que los niños estaban sufriendo con aquella situación.
–Está muy alta para su edad –matizó Alicia.
–Si, muy alta – repitió Susana.
Entre risas, Laura rescató al pequeño Daniel del neumático que hacía las veces de columpio, donde había quedado atrapado.
–Si consigo superar esta enfermedad será por ellos – dijo Susana mirando a Alicia con toda la intensidad de que era capaz.
Alicia quiso decirle que explorara en su interior, que tratara de entender, que el conocimiento disiparía la oscuridad; pero no lo hizo. Qué sabía ella del poder que proporcionaban los hijos.
– ¿Cómo te va con el nuevo tratamiento?
–Todavía es pronto para saberlo.
Alicia seguía esperando ver una mejoría, detectar algún indicio, por pequeño que fuera, de que Susana avanzaba en su proceso de recuperación. Pero los cambios que percibía quedaban limitados al físico.
Había ganado más peso del que necesitaba. Su cara, más llena, continuaba igual de pálida e inexpresiva, en tanto que el pelo recobraba su color original, un castaño oscuro, inédito para Alicia.
Tampoco hablar era más fácil.
– Se está bien aquí.
–Hay demasiada gente – respondió Susana.
No llegaban a diez las personas que disfrutaban en el parque de la soleada tarde que ponía fin al mes de abril. Tres ancianos se apretaban en un banco cerca de una de las pocas fuentes que debían de  quedar en la ciudad. En los columpios dos niñas daban vueltas sobre si mismas enrollando las cadenas que sujetaban los neumáticos para después girar en sentido contrario hasta recuperar la posición original. Con Daniel sentado entre sus piernas, Laura se lanzaba por el tobogán sin olvidarse de mirar, de cuando en cuando, a su madre.
–La próxima vez traeré a Marta. Creo que se llevara bien con Laura – dijo Alicia.
– ¿Cuántos años tiene?
–Pronto cumplirá siete.
– ¿Has encontrado su regalo perfecto?
Alicia miró a Susana, admirada de que recordara la última conversación que tuvieron antes de su ingreso en el hospital.
–Lo he encontrado esta tarde – dijo Alicia deteniendo con su mano el movimiento incesante de las  de Susana.
 
 
 
 
 
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Foto del autor carmen garcia tirado
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Descripción

Diez meses

Palabras Clave: Diez meses

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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