En ocasiones son mis sueños
los que desean dormirse en tu regazo
y en ocasiones es mi cuello
o son mis brazos.

Hay ocasiones en que mi tiempo
desearía perderse entre tu pecho
o ser aprovechado entre tus muslos
y mis besos.

Severas ocasiones mis oídos
desean saber otra vez de tu voz
tienen hambre de ti y esperanza
en los ruidos olvidados en la cama.

Son estas ocasiones
en que estoy seguro
que el que está escribiendo esto
no soy yo
es este estúpido cuerpo
entorpecido, necesitado
que en varias ocasiones
me sigue dictando:

- Ella es y siempre será 
el último deseo de nuestro insomnio -

Y lo hace justo antes
de esas raras ocasiones
que por fin me deja descansar.

Me retiro al sanitario...