Caminar sin rumbo fijo, sin afanes, sin querer llegar a ningún lado, sin pensar en nada; solo dejándome llevar por el movimiento de mis pies. Es ya tarde pero aún no oscurece; la gente pasa deprisa, como queriendo llegar a toda costa a algún lugar; solo camino y observo sin mayores expectativas, pronto empiezo a percibir en los rostros miles de formas que me dicen algo de cada uno de ellos, rostros cansados, apresurados, dolidos, quizá decepcionados, marcados por la rutina del día, los problemas y preocupaciones, quisiera ver no solo sus rostros, si no sus ojos, dicen que son el reflejo del alma, pero van tan rápido que solo alcanzo a cruzar una que otra mirada que no puedo decifrar.Me detengo entonces, solo para observar, veo rostros también alegres o mucho más reposados que otros, transmiten una cierta energía más radiante diría yo;por fin logro ver algunas miradas en la gente que pasa, angustia, dolor, resignación no sé solo son percepciones mias.Veo rostros de niños que parecen ancianos ya, me contrista el espirítu por que parecen tener cargas a sus espaldas que no deberían de llevar, niños con rostros de hambre, de tristeza y desolación, la vida no les ha dado lo que ellos merecen, risas juegos y mucho amor; rostros de ancianos que apesar de que han vivido lo suyo, parece que han aprendido a trasmutar el dolor, y toda viviencia amarga; ahora, puedo ver en sus rostros llenos de sabiduria, la vida de tantos años, las lagrimas y risas convertidos ya en un apacible mar de profunda paz.Sé que si continuo encontraré más de una historia en cada rostro, rostros y huellas de cada vida; me apasiona descubrir la belleza del ser humano, su esplendor a pesar de lo ingrato, de lo triste que tiene también la vida, pero tal parece que todo tiene su propósito y su razón, esa es la vida, con todo vale la pena vivirla a plenitud.